sábado, enero 21, 2012

Historia de amor


Enfriaba la tarde, entre hojas rojas y amarillas cayendo zigzageantes a la tierra, que reposaban sus memorias en una espesa alfombra de láminas deshechas.

Tradicional jornada de otoño, donde la casa cercana olía a leños recién encendidos y el silencio solo lo rompía el agua del estero y uno que otro relinche de aquel solitario caballo manso, que con paso melancólico, avanzaba lento, con su clásico caminar de atardeceres a la llanura.

De pronto, tras una tupida y dorada arboleda, en mágica presencia… apareció ella, una hermosa yegua de mirada azabache y piel cacao con filamentos terciopelo en su cola y cabeza.

Ya próximos uno del otro, se observaron en sus ojos por largo rato, luego se olieron la piel, de donde brotó hasta el último de sus pensamientos y entonces… se amaron sin más… e inseparables quedaron, en una unión que por muchos años los llevó juntos hacia el ocaso, donde sus siluetas hoy cincelan un gran corazón al trasluz del sol.

P-Car

1 comentario:

Mi cofre de tesoros!