jueves, febrero 28, 2013

Locura



Locura que nace en los sentimientos,
locura de nuestras atracciones todas,
locura por saborear nuestros deseos,
locura excitante que acelera y ahoga.

Locura que realza todos los sentidos,
locura que nos desboca, grita y calma,
locura de amalgamar nuestros cuerpos,
locura que anula la cordura del alma.


P-Car

Escrito 22.03.09

miércoles, febrero 27, 2013

En honor a este magnífico poeta chileno: Pablo Neruda

Poema XX (Pablo Neruda).

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos!


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

¡Qué importa que mi amor no pudiera guardarla!
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Yo no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise..
Mi voz buscaba al viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

martes, febrero 26, 2013

Tu libertad / prosa que no había publicado


A unos pocos pasos de alcanzar el lado áspero de tu alma, el grito de un escalofrío estremece mi cuerpo, momento en que las manos de la luna giran mis ojos hacia una estrella... que me ha de guiar hacia un destino diferente. 

He venido tantas veces a intentar rescatarte… para sacarte del lodo hacia el pedazo más azul del mar, de la humedad de tu gruta agreste a tenderte como un lirio en mis montes soleados… del sabor amargo de tu agonía a comer los frutos del árbol de mi vida.

Si siento que ya desfallezco en mis fracasos y en vivir una y otra vez este dolor de sentirte deprimido, silencioso, alejado, ausente y perdido en la incomprensible atadura a tu letargo.

Nada consigo amor mío… nada infringe tu refugio que parece un fuerte… guardando esta forma extraña que tienes de vivir tus molestias, rebeldías y frustradas añoranzas… Vivo lamiendo unas pocas gotas de miel en un lago de lágrimas… entre la pena de no poder vivir nuestro amor y la desdicha de llegar sin ti al cielo; entre tu rechazo y el sabor de tus besos que se adhiere a mis labios; entre mi espíritu que sabe debe olvidarse de ti y toda tu virilidad aún como fuego en mi vientre.

Tesoro mío... el ocaso es corto y se hace realidad entre el atardecer y la noche… Entre tu delirio y nuestra quimera existe solo un sueño rosado, que un día del pasado, en mi umbral vi dibujado… con pinceladas regaladas por tu mano.

Pero hoy, por última vez, de estos muros que huelen a lápidas, debo arrancar con pasos agigantados, para no sucumbir al mismo tormento y beber del mismo fracaso, aquel que tu alma iracunda jala y la mía escapa. Y así, con una tristeza que me quiebra el semblante, me iré de tu lado con la luz de los astros y te llevaré en mí por el solitario sendero… entre mis sueños y este amor que tengo incrustado… y te desearé cada noche, como desea una fiera a su macho en medio de la selva… y te pensaré sin nunca mi mente claudicar… y te amaré mientras dure el amor en la eternidad. 

Recuérdame cuando tengas mucho frío, para que cerrando tus ojos en medio de la tormenta, sientas mi piel abrigando la tuya y entiendas que hay alguien en el mundo que te ama con intensa locura, pero con la sensatez de ser feliz al encontrar la blanca verdad que nos enseña la divida bondad.

Seguiré la luz de la estrella, caminando a la deriva de la vida, con mis pasos descalzos y mi sombra, que llorando se apegará hasta el final del camino, a tu infértil y dura tierra oscura… mientras escucho a lo lejos el aullido del lobo que vive en tu corazón herido… en el que tu padecer parece el inicio de un invierno eterno, donde la nieve caerá sin parar sobre la vastedad de una condena, aquella que tu mal llamas ¡LIBERTAD!


P-Car

Escrita 11.02.11

viernes, febrero 22, 2013

Nada




Porque después de haber saboreado tu piel, memorizado el sendero infinito de tus labios, sembrado lavandas en tu vientre y nadado como sirena plateada en el mar que se mece en el horizonte de tus ojos claros…… Nada.

Si, porque luego que tu boca besara sin fin mi boca, tomando mi cabello como filamentos de la noche danzando en el cielo azul de tu mirada y derramaras el juramento de amor más casto, mientras poseías tu delirio, entre mis vainillas blancas, para amarme con la intensidad que el sol puede llegar a adorar a su íntegra luna,  enamorada desde el inicio del universo… de sus rayos de oro y luz de diamantes. Nada.

Y es que… después de haberse derretido infinidad de lava en las pretéritas praderas del olvido y fundido dos almas a través de las entrañas, suspendiendo el tiempo para sin aliento, acumular estrellas dentro del pecho…… Nada. 

Si, y digo… nada, porque luego de mirarnos, besarnos, acariciarnos y amarnos como sólo nosotros podemos amar… en este planeta, en virtud del hado escrito con versos en la palma de nuestras manos, …amor de mi vida… no hay nada

Y es que… al aquilatar en mi ser la dicha de ser tuya y que me ames como me amas… me sublima sentir que, de este mundo, nada más me queda… que morir en tus brazos.


P-Car