domingo, agosto 25, 2013

En alma y cuerpo

 “Si pides un milagro
primero cree en el”


Si buscando un mismo infinito
dos sueños se enamoran…
el tiempo por un instante se detiene
se emociona, se inspira…
y antes de seguir con su rutina
crea un momento extraordinario…
escribe un verso en las estrellas

Si, porque si dos seres destinados
se encuentran y se saben encontrados
a través de una mirada sin igual
que lo dice todo sin decir nada
…entonces…
todo es, todo tiene sentido, todo cambia…

El universo celebra
los astros festejan…
y la luna se baña desnuda
entre los encajes de espuma
de un mar más azul
y sonríe complacida el suceso
mientras arriba
destellan carmín los luceros

Cuando dos se funden
para seguir juntos por la ruta de lo eterno
entregándose íntegros
en alma y cuerpo…
¡el milagro sucede!

El cielo se enciende…
¡sucumbe!
y con locura ama a la noche
hasta que amanece


P-Car

 

domingo, agosto 18, 2013

Ese lugar...


“Si lo quieres todo
…sale de la nada”

 



En un descuido de la luna, miré atrás y… entre los tentáculos de un tiempo negro… por la ruta del olvido, retrocedí. Me detuve en el sitio exacto del mayor desamparo, en donde tus brazos simplemente me soltaron al vacío, dejándome acompañada del silencio, que aplacó todos mis gritos.

Si, y hoy, con mis versos de testigos, estoy en ese lugar, en donde sin desfallecer, quedé totalmente destruida y por una insólita eternidad oscura, el dolor crujió en cada rincón de mi ser y con cada suspiro, mi pecho gemía tu nombre…

Inconsciente, he vuelto a este desierto del color de la pena, en que el viento aún susurra el vals de la muerte. Sí, sin duda he sido rebelde, y es que ha sido ferviente el deseo de ver una señal o algo que quizás quedó indiferente…  en medio de tanta amargura.

Buscando, encontré enterrado en la arena un trozo roto de mi cielo, espejo en donde hoy pude ver otra vez tus ojos. Si amor, tu estabas allí, en ese espacio tan tuyo y tan nocivo en que parece que no estuvieras… en que la nada aja tu destino y tu rostro inmensamente triste mira impotente cómo desaparece el infinito tras la niebla de la fatalidad.

Debí correr, pero fue más fuerte querer abrazarte y por ello y por tantas cosas que no logro ni murmurar, lloré mi amor, lloré… como nunca antes lo hice. Sin cesar llovió melancolía por mis ojos… a este suelo poderosamente duro, siempre infértil, en donde yo bien se que nada florece, así lo mojen mares de lágrimas.

Hoy aquí estoy, mañana no sé donde estaré, pero desde este mismo lugar te diré que después de ti, hay noches en que vuelve a mis sueños el nido abandonado, así como en otras, no duermo pensando en qué le hiciste a tus labios repletos de besos y palabras que todo lo pudieron haber evitado.

Pero existen otras noches, muchas otras noches… en que tan solo veo la muerte en mi ventana, porque me siento demasiado culpable con mi alma… dañándola de esta forma tan cruel, sin que ella pueda comprender y yo, tan enredada entre la realidad de mi soledad y la esencia primera de nuestro amor… sin querer nunca más volver a sufrir un debacle, pero a la vez… sin poder olvidarte…

P-Car