sábado, febrero 28, 2015

Con el alma


Entre versos, vuelo lejos
donde las olas levantan llanuras
antes de caer en la arena.

Allí, sin ojos intrusos
ni voces impertinentes,

sin la bulla de la premura
ni el tiempo que se cree sabio,
te traigo a mí
para, simplemente,
recordar cada detalle.

Tus ojos y tus besos
tu amor y pensamientos
tu piel y tu cuerpo
tu aroma y tu pecho.

Entonces
entre cascadas saladas
muy azules y templadas
simplemente, mi amor,
con el alma te traigo.

Y, las veces que quiero,
a solas contigo y el infinito,
te amo…


P-Car

viernes, febrero 20, 2015

Lluvia de estrellas

¿Sientes la lluvia hiriendo tu piel?
Son quinientas estrellas quebradas
que caen deprimidas, agotadas, vencidas.

Una por cada vez que me faltas.
Una, por cada línea que no escribo.
Una, por cada fin que me alcanza.

Ay de las citas sin calendario
de mi curva sin su sol, desnuda.
Ay de los siglos obstinados.  
Ay de ti, de mí, de nosotros
y la quinta noche de mayo.

Te imagino arropado en el olvido
queriendo, en un lapsus contemplarme,
así como yo quisiera
en este soplo infinito de locura
acariciarnos.

Y bajo una tórrida luna llena
los silencios de tu vida entera
silenciaran a besos mis labios.

Mientras sin ti, así te extraño
dolidas, dos estrellas más…
caen sin vida.



P-Car



viernes, febrero 13, 2015

Amor del alma

Una prosa especialmente dedicada al día del amor
Por sobre el céfiro o la tormenta, más lejano que el vetusto arcoíris, ciertamente desnudo de juicio y querella, ignorante de tristezas y sin el lastre de olvidos olvidados… he encontrado y depurado, un inaudito suspiro de tiempo y vida, donde existen alineados, una única emoción y un solo pensamiento.

Íntimamente lejos, mi soledad se convierte en flama, por llegar a sentir -en un instante eterno- el más inocente, legítimo e invencible… amor del alma. ♥ ♥

P-Car

sábado, febrero 07, 2015

Dos almas en una


Por cada rayo de alba
tengo reservado
un atardecer de oro
e impacientes en mis pies
travesías sin huellas.

Coexisten en mí
cada uno de tus tesoros.

Razón de sanar con luceros
invisibles horizontes heridos
y deshacer con pócimas de luna
toda lía de sufrimiento.

Querido, el dolor se ha ido:
en la ensenada de nuestro pecho
se han evaporado las penas.
 
A veces
desde un cielo de legítimos grises
cae agua de lluvia y lágrimas
reluciente de emociones.

Y es que en mi corazón contengo hoy
un renacido y maravilloso sentimiento:
una inusitada elevada sensación.

Dios nos ha regalado el milagro.
Mis ojos son para dos miradas,
y en mi piel, se acarician dos cuerpos.
Ay amor -infinitamente mío-
en mí se instauró nuestro templo.

Tú eres yo y yo soy tú.
Mi alma es, dos almas
que solo sienten y sienten
sin temor, sin tiempo, sin decesos
rebasadas de agradecimiento.

Por el resto de esta existencia,
-riqueza y provocación de mis versos-
por ti, por mí y este sentir
al viento danzarán flores blancas
mientras el carmín más intenso
correrá por mis venas.

Para los dos aún soy y aquí estaré.
Por ambos… he de seguir.

Sí, mi cielo estrellado,
con dos almas en una,
nuestro amor deshilado en poesía
y mi fe hecha cascadas de esperanzas
sin ti e intrínsecamente contigo
doblemente he de adorar la vida.


P-Car