miércoles, septiembre 27, 2017

Excepción

Hoy por hoy…
todo sucede veloz.
Los hechos, los cambios,
las ilusiones, las novedades.

Nada es eficiente
si no se hace rápidamente.
Es una provocación constante
que desentona el vals del universo.

No obstante la tendencia
existe un algo ínfimo
-tenencia de lo inmenso-
que succiona a sorbos
mis horas, mis estaciones,
mis latidos, mi existencia.

Quizás está obsoleto, es anormal…
o tal vez, lo amotinado de la moda.

Y es que…
después de amarnos
hace mil lunas
y un millar de estrellas;
mil amaneceres
y un millar de golondrinas
el recuerdo…
intacto permanece.

Mora conmigo siempre:
tan dócil, lúcido y calmo
como si en este despertar
nos hubiésemos amado.

En mis ojos permanece tu mirada
y tu sueño de ayer, aún me abraza.
Tus limpias palabras son crónicas en mi piel
y los íntimos besos, inmersiones en mis mares.
¡No! no pretendo -ni puedo-
olvidar absolutamente nada.

Es más…
eres tú -tu alusión-
lo único en mi agitada vida
que me acontece de esta forma:
con la adhesión y a la velocidad
de los vedados hechos de antaño.

¡Maligna beata excepción!

Igual que a ti
¡la procuro y fustigo!
por este infinito amor que
desde lo recóndito del alma
a cada instante secreto
-suspendido del mundo-
¡le profeso!


P-Car



miércoles, septiembre 20, 2017

Mi consuelo

Quiero gritar un millón de veces a la soledad que te amo, hasta que logre cambiar la vibración de la atmósfera y a su vez, la del alba y así, la brisa naciente llegue a ti, en una forma mística, vehemente y de lo rutinario, esencialmente diferente.

Y es que deseo de corazón, que cada día por un momento eterno me recuerdes, con la misma devoción e inquietud que cuando lograbas expresar que me amabas. Y te entregabas… y sonreías… y planeabas estar conmigo siempre.

La recompensa será saber que mi nombre estará en tu boca, cada amanecer, con el tono inocente del silencio aún adherido a tus labios. Y ser la que despierta tu nonato pensamiento, aquel que llega sin censura de la plácida ternura. Entonces sabré que también invadiré tu torrente y tu piel, la que se estremecerá entera al evocar nuestra intimidad y el florecimiento puro del instinto del alma, aquel que, con paciencia poética, tantas veces con fe, te susurré que es el único que alcanza la felicidad plena.

Sí mi bien, mi amor y mi verdad, hasta mi última noche extrañándote y mi último brío, gritaré a la infinidad que te amo, porque si con ello consigo que nunca te olvides de mí, mi consuelo es que… ¡jamás lo harás de ti mismo!   



P-Car

viernes, septiembre 01, 2017

Solo contigo

Sin ti
soy brava
la palabra hacha
la que todo lo trama.

Pero contigo
ay... contigo...
¿qué me sucede contigo?

Cuando me miras
mi fuerza es nube rosa
que se esfuma en tus ojos.
Mi voz modula suspiros
y mi piel es una mariposa huérfana.

¡Valgo nada en tus brazos!
Me olvido de ser aguerrida.
Se esfuma el plan y la huida.

Y es que
si tú estás conmigo
yo también estoy contigo…
Tus deseos son como los míos
y los cuerpos, el señero camino.

No hay brío, no hay prisa:
nada domino, nada impongo.
Algo distinto me traslada
a un océano de misterios.

La barca de mi vida queda a la deriva
en una travesía sin control de su norte
-y del alto sentido milenario del roce- 

Emerge el hundimiento de los soles
y el bello florecimiento de la luna
bajo los infinitos tesoros de las olas.

Cuando tú y yo nos amamos
a medida que la guerrera desplomas
le abres el espacio y el abanico a la diosa…

Al alero de un cielo albo de estrellas
mientras el sentimiento brilla puro…
-y el tiempo se detiene y nos aguarda-
paradójicamente…
siendo menos que nada
¡me apodero del mundo!

Solo…
si un todo inmenso
-que cabe solo en el alma-
y tú…
-solo tú-
¡son míos!


P-Car