jueves, enero 27, 2022

Mar azul

 

Si yo pudiese descifrar tus ojos.

Entender su forma, sus tonos,

su luminosidad, su fondo.

 

Si yo pudiese entrar en ellos

como quien gana el infinito de premio

y sobrevolarlos, cual gaviota-ángel

que al ocaso se dirige al horizonte

en busca de un algo único

que desconoce.

 

Y al despertar, ver cómo miras la aurora,

y al dormir, descubrir todos tus sueños.

Y al recordar, distinguir rostros

y al añorar, auscultar tu latido.

 

Y oír las notas de tu melancolía

y mis alas bendecir con tu lluvia.

 

Si yo pudiese, tal vez lograría

de ti, por fin decepcionarme…

 

O, tal vez, entenderme

y entender todo vida mía

para luego cumplir mi febril deseo

de esfumarme en el oasis virginal de tu alma

a través del abismo doliente de tu tiempo

-mar azul de todos los enigmas-

¡amándote más todavía!

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P-Car


Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

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Imagen: de Internet


jueves, enero 20, 2022

Almas sin cuerpo

 

A veces pienso

cómo te podré amar

cuando nada más sea

un alma sin cuerpo.

 

Y es que he extrañado tanto

tu sudor en el mío, tu gemido,

tus caricias, tu aroma, tu latido.

 

No logro imaginar no abrazarnos

y darnos un interminable beso

cuando llegues a mi encuentro

en lo infinito del cielo.

 

Pienso que Dios debe tener un plan

una piel especial, galáctica quizás,

hecha de estrellas y luceros…

para los amantes eternos.

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P-Car



 
 

Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

Propiedad Intelectual

Imagen: de Internet


jueves, enero 13, 2022

Cúspide

 

Me delineaste entre entelequias

en los que mi inconsciente era

deseo fiero -añil y ferviente-

que nunca te alcanzaba.

 

Ansiosa, sin claridad,

trotaba a tu encuentro

sin saber que ibas conmigo

haciendo vibrar en mi silueta

lentos terciopelos.

 

Estuviste siempre ahí

siendo aire y aliento,

olas y espuma,

aves y plumas,

poesía y consuelo.

 

Mi esbozo de ti era bello

pero siempre insuficiente.

Queriendo serte fiel

nada de mí fue leal.

Eras más, mucho más.

 

Mi prado, mi desierto,

mi capullo, mi flor.

Música flotando en el firmamento

entre la triste última estrella y

el sugestivo albor.

 

Fueron y serán…

Tus ojos, los faros de mis tormentas.

Tus manos, el imán de mis extravíos.

Tus labios, el fuego que calla mi voz.

 

Y tu piel, ay delirio…

tu cuerpo es…

agua termal, manantial,

-sin ira, sin mentiras-

danzando solo para mí

una dulce bebible sed.

 

Infinito e infinidad,

inmersión y consumación,

gemido y fecundidad.

 

Tierra y cielo,

amarra y vuelo,

ascenso, descenso,

quietud y paz.

 

No, no eras el ganador galante

que pudiese elegir yo -y tal vez-

entre millones para soñarte.

¡eras el sueño mismo mi bien!

 

En este ocaso de la vida

oyendo tu latido comprendo

que hasta estar en tus brazos

el tránsito de mi existencia

fue tan solo y nada más

que tiempo neutral. 

 

Unido al todo que eres

además hoy eres mío:

entonces te pregunto:

 

¿Qué hice para atraer tu mirada y

en mi nunca y con tu siempre…

con tanta devoción me amaras?

 

Tan solo pestañeas, sonríes,

y yo, me desmayo de amor.

 

Por esta plenitud que siento, te prometo

-mientras cierro mis ojos y tú…

besas suave y tenue mi frente-

que lo que reste de sendero

mi cúspide será…

merecerte.

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P-Car




 

Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

Propiedad Intelectual

Imagen: de Internet


Preciosos versos escritos 

por mi querido amigo y 

excelso poeta Agapxis. 

¡Gracias amigo, eres 

un ser muy especial!

Mi tarde es un delirio de sentidos abiertos
que precoz me deja la destreza de tu pluma,
rehén indudable
de tu alma cuando se abre,
envuelta de suspiros
voy avanzando en el tiempo,
ensueño de tu ensueño
la experiencia perfecta
en el jardín de mi modestia,
donde tu relieve
ahora es letra de poeta.

Tu anidas en mi tarde serena.

AGAPXIS

Hojas de luna. (hojasalaluna.blogspot.com)

viernes, enero 07, 2022

Descarnadamente

 

Del aire apareciste

y sólida te amé:

instantáneamente,

sin premisa, sin freno.

 

Hondamente,

alocadamente,

-sensiblemente-

¡descarnadamente!

con creación, con lucro,

con dicción, con futuro.

 

A ti, dulzor áspero,

-copa de azulado veneno-

que llegaste insolente

del país de la nada

a ser bebible manantial

en la sed de mi fuente

¡de mi totalidad!

 

Tú, sombra de fuego,

silueta y recuerdo, más nada,

quien constantemente me faltas  

en este constante invierno

de lobreguez y hielo.

 

En esta estrecha inmensidad

que llamo, soledad de ti,

donde vienen a morir

las más distinguidas tristezas

sin enterrar aún ninguna

en esta tierra sin fortuna.

 

Hoy, en esos ratos que tu ausencia

me rebalsa de lentitud y tiempo

volátil, un poco recuerdo pensar:

Giro en la redondez del mundo

y justiciera me pregunto:

 

¿Qué sería de mis días

-y de mis noches-

si al emerger tú del oxígeno

descaradamente bello,

yo…

aún más bella y descarada…

hubiese mirado las estrellas

-las auténticas-

en vez de tus membranas perversas?

 

No hay palabra que emerja del vacío

ni melodía que resista la pregunta

y mucho menos una respuesta.

 

Tan solo silencio sin eco,

un descarnado silencio.

 

Y es que mi colosal ardor

y rendido arrojo

no son capaces de imaginar  

siquiera el esbozo

de mi boca sin tu nombre,

 mi sueño sin tu rostro y

mi corazón sin tu amor.

 

Mi plectro no existe sin la utopía

de volver al paredón garzo

de tus hechiceros ojos…

 

…para por fin rendirme

y morir frente a ti

cabal e indefinidamente,

…sin tu maligna pasión.

 

O, paralela y alternadamente,

de soñar con la épica esperanza

-descarnada hasta doler el alma-

de que me vuelvas a amar.

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P-Car



 

Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

Propiedad Intelectual

Imagen: Adam Martinakis


Poesía que escribió mi amigo

Gustavo Figueroa Velásquez

luego de leer la mía, la recibo

como un regalo de su alma.

¡Gracias amigo, eres lo mejor!

 

Del país de la nada

 

Volver del aire para convertirme en sueños,

un misterio en tu piel y ardor en tus entrañas,

hacerme fuego a la altura de tus senos,

amar de nuevo como ayer te amé.

 

Del país de la nada emerjo, estrella rutilante,

y bajo hasta el refugio de tus ojos australes,

escudriño tus miedos y las sombras de tus dudas,

te beso en el alma y en tu oasis vivo y muero.

 

Soy aire, soy fuego y, en tus noches, carne viva,

aún amando soy etéreo en el eco de tus penas,

pero sientes, ¡Ay, como lo sientes!, ese fuego,

ardor que desvirtúa el alma e inquieta los sentidos.

 

¡Ay, tu boca sin mi nombre!, pero nunca tuve nombre,

solo fui la fantasía del país de la nada, solo aire,

me hiciste carne en la noche de tus sueños ...

Volveré a amarte cuando ahogues tus fantasmas.

 

 

Gustavo Figueroa Velásquez

©

CONTRASTES (gustavo-contrastes.blogspot.com)