Aún me pregunto
¿por qué fui malherida?
bajo el reventar de las olas
de un océano calmo…
que se fundía cada atardecer
con el oro y el zafiro del cielo
al final del horizonte.
En un ocaso inédito
un maléfico silencio negro
enturbió sus aguas cristalinas
y en la inocencia del infinito
rompió sus espejos.
Acerqué una caricia
y al murmurarle mi prosa
me azotó contra el roquedal
sin sentido, una y otra vez…
hasta perder la noción del tiempo
y herir mi cuerpo y mi rostro
desfigurando mi sonrisa.
Mientras sujeto mi corazón
no siento el tacto de mi piel
cuando mueren mis latidos
que no pueden comprender.
A veces sueño tocar de nuevo
por un instante la espuma
en un pedazo de arena
donde alguna vez fui sirena.
Bien puedo recordar
que yo caminaba en paz
recreando la poesía de mi vida
en el rocío, en el amor del alma
y en el sol que feliz se hundía
en ese adorable mar.
Aún me pregunto ¿por qué…
fui tan malherida?
P-Car