viernes, febrero 19, 2021

Nunca yo, siempre yo

Puede suceder a veces que

el más hondo y dulce amor 

se pierda por rutas vírgenes

que ningún ser ha transitado

ni concienzudo poeta, hurgado.

 

Y es que he alcanzado un estado

en que no distingo si te he olvidado

o si algo profundo aún siento pero

de una manera radicalmente distinta:

Omisa, alejada, 

helada, callada,

exenta, apagada.

 

No sé, no sé. Solo sé…

que tu semblante, voz y ojos

se van, se pierden, se disgregan

en los grises de una realidad

que no es más que un pasado

a sutiles tramos abrazado y

de nostalgias siempre ataviado.

 

Que no quiero y quiero

¡dejarte!

Que no deseo y deseo

¡sujetarte!

Pero te desalojo sin piedad y

¡por nada! te aferro a mi corazón

no obstante soy consciente

que lo mejor que a ti te sucedió

¡fue este amor!

-Fui yo-

 

¡No, no, no!... calma.

Mi extraviado del mar

que no se quebrante tu alma

ni destruyas cabalmente

tu ímpetu e ideal.

 

Mi saber intuye que…

-nunca yo, siempre yo-

al suceder mi último latido

e imane la luna mi espíritu

he de enviarte -solo a ti hombre-

mi luz, mi razón y mi perdón

al tiempo de pronunciar tu nombre.

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P-Car




Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

Propiedad Intelectual

Imagen: de Internet


sábado, febrero 13, 2021

Te quiero, Cielo


Cielo… ¿te das cuenta?:

por los arcaicos relojes de arena

pareciera que se deslizaron un siglo

de taciturnos pasos hundidos,

de olas nonatas en orillas trizadas,

de pausados ocasos y albas

con un sollozar lejano

de músicas pálidas.

 

En cambio, ahora contigo

me parece que fue nada más ayer

que en este mismo lugar

nos adoramos, nos tuvimos

y todo era jurar y jurar.

 

En este instante único

te miro, me miras

y en un acto genuino 

¡me elevas! ¡me sanas!

¡te acaricio! ¡te sano!

¡nos estrechamos!

 

Y es que para el alma

el tiempo sin vernos fue tan solo

un manojo de suspiros

tirados al viento.

 

Fue un trecho de comunión

bordado de clemente soledad.

De hallar un camino para ambos,

de extrañarnos, de entender,

de ver la verdad, de crecer.

 

De valorar con sabiduría,

sentido, intención y misión

aquello que ensanchó sin fronteras

nuestro arrebatado corazón.

 

Vencimos el dolor,

el olvido y la muerte.

De si habrá un mañana

nadie puede asegurar

¡que más da!

Hoy estamos aquí, vivos

y queriéndonos aún más.

 

Mi presente es mi presente para ti

y te lo doy, desbordada de amor.

Habita mi obsequio en libertad

y hagamos de cada segundo juntos

una maravillosa eternidad.

 

Hoy que puedo…

hoy que brilla un lucero en mi pecho

hoy que te tengo conmigo de nuevo

hoy que la vida me regala este tiempo

hoy te digo ya sin miedo que

¡te quiero, Cielo!

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P-Car

 


Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

Propiedad Intelectual

Imagen: de Internet 

jueves, febrero 04, 2021

La gran verdad

 

“Mis huellas son de viento

mis manos, de pétalos.

Mi rostro es la luna

mi pasión, el sol.

Mi serosidad, la lluvia

mi quietud, el amor…”

 

¡Puro amor!

 

Sí,

conformo parte de este todo

que siento

que conecto

que incorporo:

desde mí a lo externo

desde allí a lo interno.

 

Acojo mi visible identidad

acepto mi entendimiento

arrullo mi sutil esencia

consciente soy de ella.

En paz, en silencio,

sin motín, sin queja.

 

Sanada de juicios, contemplo:

la lenta noche, el breve alba,

los desánimos, la calma,

las impericias de la mente y

la luz que mora en el alma.

 

Liberada de apegos

con una paz renovada

en el mar de mis sentimientos

me reconozco en ti

así como íntimamente sé

que tú te reconoces en mí.

 

Somos infinitos espejos.

Es algo tan poderoso…

¡asombrosamente bello!

 

No hay muerte, no hay fin.

Solo la erudita infinitud

de estar para aprender

de permanecer para crecer

de hacer para trascender

de partir para regresar

de renacer para continuar.

¡De amar para valorar!

 

La gran verdad

que mi ser puede asegurar

es que, justo en este instante,

a través del espacio atemporal

de estos castos versos, tú y yo,

habitamos sin sombra

el aquí y el ahora.

 

Y yo, por el desnudo hecho de sentir

poéticamente en mí

la vibración de tu existencia

en medio de este sagrado sentido de vivir

me siento íntegra, serena y

¡soy aún más feliz!

 

“Mis huellas son de viento

mis manos, de pétalos.

Mi rostro es la luna

mi pasión, el sol.

Mi serosidad, la lluvia

mi quietud, el amor…”

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P-Car




 Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

Propiedad Intelectual

Imagen: de Internet