Puede suceder
a veces que
el más hondo
y dulce amor
se pierda por
rutas vírgenes
que ningún
ser ha transitado
ni concienzudo
poeta, hurgado.
Y es que he alcanzado
un estado
en que no
distingo si te he olvidado
o si algo profundo
aún siento pero
de una manera
radicalmente distinta:
Omisa, alejada,
helada,
callada,
exenta, apagada.
No sé, no sé.
Solo sé…
que tu semblante,
voz y ojos
se van, se pierden,
se disgregan
en los grises
de una realidad
que no es más
que un pasado
a sutiles tramos abrazado y
de nostalgias siempre ataviado.
Que no quiero
y quiero
¡dejarte!
Que no deseo
y deseo
¡sujetarte!
Pero te desalojo
sin piedad y
¡por nada! te
aferro a mi corazón
no obstante soy
consciente
que lo mejor
que a ti te sucedió
¡fue este
amor!
-Fui yo-
¡No, no, no!... calma.
Mi extraviado
del mar
que no se quebrante
tu alma
ni destruyas cabalmente
tu ímpetu e ideal.
Mi saber
intuye que…
-nunca yo,
siempre yo-
al suceder mi
último latido
e imane la
luna mi espíritu
he de
enviarte -solo a ti hombre-
mi luz, mi
razón y mi perdón
al tiempo de pronunciar
tu nombre.
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
Derechos Reservados
Propiedad Intelectual
Imagen: de Internet