Apacible alucinación
cual presencia
líquida me inundas
las entrañas sombrías
del alma.
Mi sangre burbujeante
se licúa más
y más delgada
llegando a
los tejados y sótanos
que nunca
antes encarnaron sustancia.
Exquisita y tirana,
fluyes en mí
y mis ojos
arrebatados de colores
en el cielo proyectan
el infinito.
No tienes
similitud con nada
que pernocta
en este orbe.
Ni rostro dibujable,
ni nombre en
el diccionario.
Dulce ensueño
que me habitas
me acostumbré
a decirte luz
para llamarte
de alguna forma.
Oye mi sollozo,
lee mi lamento,
habita blancos
mis pensamientos,
encarama el
contorno de mis labios.
Sana mis
fibras, ladrillos y azulejos
vuélveme a
construir desde la cuna
desmoronando toda
mi arquitectura.
Sé que nos
conocemos desde antes
que el
vientre de la creación
me arrojara a
este mundo.
Lo que tú
logras conmigo
con mi mano
en mi corazón
lo apodaría
recuerdo,
lo señalaría
futuro,
lo bautizaría
amor.
Oh luz, haz
de mí lo que apetezcas
pero te
ruego, espera un poco más
para hacerme
invisible y eterna
que aún no me
siento preparada
para oler el
fondo de la tierra.
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
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