viernes, febrero 28, 2020

De tan mío, cierto


Incorpórea soy tuya
y eso que parece nada
trasciende a inmensidad.

Cada vez que te deseo
(hasta el fondo fondo)
toda vez que me evocas
(y eso no es decir poco)

Tan sempiterna
tan virtuosa
tan cabal.
Suprema y serena
sin final.

Tu vacía abundancia
tu cristalino silencio
los recorro desnuda:
extasiada, libre,
diáfana, aguda.

Como en mis fantasías
como en mis plegarias:
sin tiempo, sin reglas
tuya y de nadie más. 

Inmateriales y eternos…
de pretensión a empeño
con sentido, con latidos
infinitos nos tenemos.

Y tú… ¡mi bien!…
de tan mío, cierto
deliras en mi azul
íntegro, destilas luz.

Y yo, de pilares a pensamiento
de tus costados a tu alma
te la bebo suave ¡entero!
Sumisa y sin prisa…
¡te amo completo!
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P-Car






Paty Carvajal-Chile
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Propiedad Intelectual
Imagen: Adam Martinakis

martes, febrero 25, 2020

Sin fin


El día apenas nace
la noche apenas yace.
Una hora ruega a la otra
los minutos nada más lloran.
Y mi corazón suda
amargura y derrota.

Quiero caer…
como hojas otoñales
como huellas sin memoria
como sumideros sin rescate.
Ser alguien que es nadie:
una taciturna bruma.

Olvidarme del yo
tenderme sin sueños:
sin deseo en el cuerpo
sin arte en el alma.

Pernoctar por hastío
de vivir sin sentido.
Sin fin dormir:
¡Dormir!
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P-Car





Paty Carvajal-Chile
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Imagen: de Internet

viernes, febrero 21, 2020

Sin quid


Será que este frío que siento
en mi pensamiento convierte
tu imagen en humo o vapor?
O será que todos mis recuerdos
se volverán flemáticos y grises
así como mi pelo, piel y corazón?

Será que a los nuevos días
algo o alguien malo, terrorífico
tras la montaña, tras el océano
les está usurpando el sentido?
O será que estando tú aquí
el azar y el universo mentían
y ciertamente no lo tenían
jamás antes lo tuvieron
y tampoco lo tendrían?

Será que el letargo con dolor
ejerce muchísimo más poder
en ti, en mí, en todos…
que el grandilocuente amor?
o es que ningún hecho importante
ejerce la fuerza que creemos
y son espejismos, solo sensaciones
que nos alejan de lo real?

O será que… de cansada
y tan desolada que me hallo
estoy siendo alarmista, pesada?
Y nada más es que a mi vida llegó
lo común, lo grácil, lo ordinario
e iracunda, me niego a aceptarlo?

Y es que pareciera que en mí
lentamente está ocurriendo
lo que de demasiado imposible
era totalmente innombrable…

y… como agua o sangre
sin causa, sin cauce,
sin aroma, sin quid,
gota a gota, hora a hora…
¡oh alma, oh amor! sin ti
comenzando a olvidarte
¡he comenzado a morir!
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P-Car




Paty Carvajal-Chile
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Imagen: Adam Martinakis



miércoles, febrero 19, 2020

Sin voluntad


Si alguna vez te hablé con ira
la que habló fue alguna herida.
Si alguna vez actué con rencor
fue el fastidio el que me condujo.
Si alguna vez fui torpe y paradójica
fue la desesperación la que me sometió.

Pero cuando te ignoré… ah…
y por mi causa te sentiste invisible
ante mi ser, mi tiempo y mi pensamiento
y entonces mi ceguera más un silencio asombroso
¡invadieron tu universo todo!

Yo, sin egocentrismo…
¡del alma te pido perdón!
porque en esos momentos
-los inaugurales de un siempre-
ofensivos y desconsolados como ninguno
ya sin voluntad, mi agotado corazón
por ti y lo que una vez nos unió…
¡dejó de sentir amor!
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P-Car





Paty Carvajal-Chile
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Imagen: de Internet

viernes, febrero 14, 2020

Un día perfecto


Existirá el ocaso de un día perfecto
en que juntos aguardemos el alba.

El escenario nos parecerá diferente
siendo todo, de tan normal, exacto.

El suspiro del sigilo, el eco de la soledad
la lírica del viento… las olas del mar.

Aprendidos, templados, sedientos
nos reconoceremos tan idénticos
así hayamos cambiado en exceso.

Nos miraremos, más nada.
La noche, la luna, el vino:
no querremos otro final.

Tal vez, por qué no, de pronto sonriamos
con la primera luz de la madrugada
resplandor que de tanto en tanto
inspira perdón y esperanza.

Entonces además, nos abracemos.
Y seamos, el segundo día perfecto,
dos novatos místicos, ya sin miedo.
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P-Car



Paty Carvajal-Chile
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Imagen: de Internet

Atrevimiento


Qué arrogancia, exclamo y me digo
del azar, del reloj, la luna y el sol.
Y qué imprudencia la de tus ojos
oh, cuánta audacia en tu vibración.
¡Inmenso descaro, tu luz, tu ardor!

Pies sin memoria, me elevo sin ancla
silueta sin ropaje, en albinas llamas.
Desconociéndome, estoica, iniciada,
alucino con el todo, fruición máxima.

Emancipación de un raro cautiverio
rasgo el embalaje de pétalos grana:
júbilo de nacer otra vez, y otra vez,
con gritos, con llanto, ¡temblando!
Atrozmente emocionada, ¡amando!

Mismo corolario… infinitud o momento
heme sobre tu hombro, sonriendo plácida
sujetando a mi cadera y a los poros todos
-de tu corazón mareado, cristalino arrojo-
la miel de tu mar, cadenciosa intimidad. 

No te detengas, tenme sin protocolo
intérnate en mí con decreto y gracia
que si en tu atrevimiento persistes
cardinal, sensitiva, ¡gallarda!
tan secuaz como mi dermis
entera de ti, será mi alma.
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P-Car










Paty Carvajal-Chile
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viernes, febrero 07, 2020

Fuimos lo que fuimos


Toda mirada que se haya detenido sutil o sagazmente en ti, toda boca que haya rozado o asaltado tus labios, toda ansia que haya acariciado tímida u hondamente tu silueta, cualquier voz que haya osado modular en tu oído una emoción o sentimiento… son como irreales: no conmueven, no transforman, no prosperan, no trascienden. Y así como la eventualidad de una noche sin luna excesivamente negra, sin explicación suceden y al llegar el alba, sin soflamas ni remanentes, tan solo se esfuman, ¡desaparecen!

Tú sabes - yo sé - que en ti y en mí existe una impronta que nada ni nadie puede extirpar de la memoria de nuestra piel, ni mucho menos, de las desnudas intimidades del alma. Por ello digo “fuimos lo que fuimos” y eso, que no logro definir con legalidad terrenal, si puedo sentirlo cual inmensa verdad astral, en el anonimato más espléndido de mi totalidad.

La honremos o no, existe una huella -tal vez eterna- que ambos sabemos que ni el tiempo ni la intrepidez de creernos superiores a ella, ha logrado desprender. Es como un erario, una señal quizás o una entrañable misión, que se concibió una preciosa noche en que, con su paz y resplandor nos enlazaron, absolutamente todas las estrellas. Allí, sin preocupaciones, fuimos labriegos y fruto del mismo árbol. Ambos, en un instante mágico, fuimos lavados con agua del cielo, para luego estar juntos sin pasado ni futuro, como recién nacidos en una apacible tierra… sin dogmas, sin acechos, sin miedo, sin dolor. Tan solo tú y yo… tan solo el amor.

Es difícil hoy, no sentir unidas nuestras manos, pero porque la complejidad es un misterio y en esta extraordinaria vida, todos los nublados senderos nos conducen a un lugar de luz y entendimiento, es que mi espíritu tiene la creencia de que todo este meditativo peregrinaje, sucede por un motivo superior, por lo que yo -ni víctima ni superada, ni docta ni adicta, ni vacía ni plena- nada más que vigilante y tranquila, sigo oyendo la melodía que del cosmos llega, con atención, amplitud, conexión, gratitud, perdón, reflexión y entrega.

Querido… ¡fuimos lo que fuimos! ningún poder puede cambiar aquello -y nosotros tampoco lo querríamos- pero lo que hemos de ser, erigir, engrandecer y preservar hasta nuestra frágil muerte -y quizás hasta una soñada realidad siguiente- de nuestro genuino sentir, adquirida sabiduría, atenta percepción, nativa intuición y seductora voluntad depende.
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P-Car



 Paty Carvajal-Chile
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Imagen: Adam Martinakis