domingo, diciembre 31, 2017

Continente nuevo

Digo lo que se siento
lucho por lo que creo
agradezco lo que tengo.

Tres traineras
para navegar por la vida
encima -o debajo-
de raros peces humanos.
¡Depredadores mueran!

Flameando uniforme
la inmortal esperanza.
En mis mástiles pequeños
huérfana -no demasiado-
la tristeza
gaviota plañidera que amo.

¡Voy de frente mi Dios!
decidida y cuantiosa
sensible y poética
creyendo en él…
¡y en tu gracia!

Ojos que imagino divinos
mirada que supongo buena.
El hallazgo lo dejé a tus anchas.

Hallaré el continente nuevo
que hace una eternidad
honesto y selvático
espera por mí.

No tengo certezas
¿para qué las quiero?
Espiritualidad y magia
son mis leales brújulas
ancianas y sabias.

Luz es luna y alba
sueño es crepúsculo
horizonte es arco iris.
Mi destino, su amor.

Digo lo que se siento
lucho por lo que creo
agradezco lo que tengo.

En esta medianoche
vestida de dorada sirena
y una copa de olas dulces
en mi lozana diestra
burbujeante el alma
¡brindaré por ellas!


P-Car

Amigos y amigas: con esta poesía he querido cerrar el año 2017. A todos Ustedes, un cariñoso abrazo con mi alma llena de los mejores deseos de paz, éxito, inspiración, salud, abundancia, calor y amor durante el año 2018 y que perduren las bendiciones durante todo el resto de sus vidas. Paty.

viernes, diciembre 29, 2017

Misteriosamente

Luego de avanzar leguas
he llegado al preciso lugar
donde el río se une con el mar
y he sentido un grato escalofrío
con el cristalino rocío de sus aguas.

He contemplado al sol extasiado
frente a frente a la luna infinita
en un lapsus breve del ocaso
que pareció la infinitud misma.

Y descansé sobre tintes en calma
desde donde he visto abrazarse
las copas de los árboles
al unísono de oír terciopelada
una eufonía brotada de la nada.

En un acorde cualquiera del reloj
en que ni siquiera algo procuraba
vi sus ojos inquiriendo los míos.
Al mirarle fijamente
mi andar se paralizó y
mi corazón sufrió un giro.

Por única vez en mi existencia
deseé con toda el alma…
tener un techo, un hogar, un fuego
y llenar para dos
con ternura y lluvia
una bañera bajo la luna.

Suspiré, de imaginarlo tan solo.
Ay ¿por qué el amor me golpeó así?
¡de frente, en lo indefenso y lo loco!
Si… desde mi natalicio a mi muerte
¡se me estremeció el tiempo todo!

Desde aquel hechizo…
mi norte tiene un nombre,
un rostro, un aroma, un latido,
un cuerpo, una voz, un sentido.

Mi éxtasis hoy lagrimea
-lavando el veneno de la pena-
al presenciar el prodigio
en que se unen con ahínco
-y una fe que supera la retórica-
aquellos opuestos que se aman.

Pero si algo de su fugaz pasión aprendí
en esta vibrante aventura de vivir
es que -misteriosamente-
hay seres y amores ¡imposibles!
Ilógicos de amar
pasmosos de soñar
¡imposibles de olvidar!


P-Car


viernes, diciembre 22, 2017

Vive una eterna navidad

No, no mires atrás. Tampoco adelante.
Mira abismalmente el alba, el ocaso,
el mar, la luna o un cielo estrellado.

Quédate meditativo y tan solo siente
trayendo al centro de tu cuerpo
la inmensidad del universo.

Pon atención en el lugar donde posas tus pies
sin dejar de otorgar gran altura a tus sueños.
No esperes a vivir lo supremo en el futuro
procura que el hoy sea tu límite, siempre.

No aceptes la mentira ni la extorsión.
Nunca jamás traiciones tu creencia
no hay precio que valga tu esencia.

Pidiendo perdón, si es necesario,
limpia tu pensamiento de culpa.
La verdad es única y nos libera:
avanza sin equipaje a la tumba.

Si no eres oído, habla con Dios.
Él siempre te escuchará, ten fe.
Da un sentido alto y magnífico
al contenido, la voz y el temple.
Ve de frente, sin nube ni carga.

No te dejes intimidar por tu ego
el desconoce la tristeza de otros:
no ve más lejos que el espejo
siendo el más errático consejero.

Busca con agudeza, si hay un brillo especial
en los ojos de quién besas y tomas su mano.
Siente su probidad cuando se une a tu cuerpo
y verifica si ama tu piel, tanto como tu alma.

La existencia es bella, valiosa y única.
No la ubiques sobre pilares frágiles
no la enceguezcas con frivolidades.
No la oscurezcas, no la endurezcas,
no la desperdicies, no la asesines.
¡Quiérela! ¡Dignifícala! ¡Merécela!
Sánate al pasar la estrella de paz
y que sea esta noche ¡es navidad!

Al son de las campanas
un niño intentará nacer
en el pesebre de tu corazón.
Permítele venir a la tierra
a través de tu mundo interior.

Sé él, en silencio y soledad.
Sé él, en comunión y amor.
Sé él, en confesión y tristeza.
Sé él, en revisión y enmienda.
Sé él, cuando mires y te miren.
Sé él, en todo lo que emprendas.
Y que se quede ahí por siempre.

Cuando la badana de tu cuerpo
vuelva a ser parte de la labranza
¡él ha de elevar radiante tu alma!

Porque…
así lo ignores -o rechaces-
así le cierres en tu pecho
la tibieza de tu nido,
así no creas en nada…
Él, desde siempre y sin fin,
¡te perdona y te ama!


P-Car


viernes, diciembre 15, 2017

Epopeya del alma

Te busqué
en las notas y en el silencio,
en el mar y en las montañas,
en mis mañanas y los ocasos.

Te busqué
en el bullicio junto a las gentes
y también sigilosa te mencioné
en ciudades plomas y solitarias.

Te busqué recia y alegre,
te busqué sólida y diáfana.
También sin esperanza,
helada y con lágrimas.

Dios sagrado
sabe que busqué sin cesar
con el infinito en mi alma de regalo.

Y ahora que estás frente a mí
con esa mirada tan añorada…

Hoy… que por fortuna
has sido tú ¡si! tú tú tú
el que me ha procurado,
yo… -increíblemente yo-
me he dado cuenta que
¡no me has encontrado!

En esta epopeya del alma
a pesar de las bendiciones
aún no sucede el milagro
porque yo -sí mi amor, yo-
la que sin fin te ha buscado
entre océanos y desiertos
bajo azules y estrellas
¡te sigo buscando!



P-Car


viernes, diciembre 08, 2017

Condenable

¡Oh, injusto ángel diáfano!
¿Cómo pudo ser que te amo
de esta forma inconclusa que…
inconmensurable se deforma?

Acaparas todo lo que se me revela
extendiendo el recóndito cardinal.
Intervalo de mudeces que conspira
remendando una descosida melodía.

Conmutación de imperdonables
que sin contacto me recorres:
¡tildas mi corazón sin piedad!

Pero no en vano… te conozco
mortandad de mártires esperanzas:
siendo todo, haces nada, eres malo.

Grita al silencio que nos ata
con nuevas verdades en cascada
¿por qué has omitido el cálido apego?
¿Qué te hace bajar tan hondo y oscuro
a pernoctar con los idos y secos?

Condenable yo…
que aún más sombrío desciendo
si al saber de tu alevoso pecado
persistente peco con el intocable mío
extrañándote así… vida
de esta manera recóndita,
inescrutable y aturdida.

Si de mí tanto sabes
-nunca jamás en vano-
dime, antes de la luna
de tu alma mía a mi alma
¿qué sucedería con lo no sucedido
si mañana despertase en tus brazos?



P-Car


viernes, diciembre 01, 2017

Inminente

Te procuro,
sin dar un paso,
sin visar el tiempo,
sin perturbar mi iris,
sin corromper el sueño.

¡Pronto será de frente!
Vendrás o te asombraré.
Mi ilusión es apología
por poseer una heroica fe
que vestida de escogida oda
¡nunca jamás me abandona!

Y es que a solas supe
el significado holístico
de lo que es inminente.
Agité, lastimé, obvié, olvidé
pero a ti ¡nunca renunciaré!

Ansío ver tus brazos para mí.
Sentirte niño, mío, oír tus latidos,
contemplar tu rostro por horas,
expresar penas, vaciar lágrimas.
Y en el preludio de nuestra noche,
sobre los torsos, acurrucar el alma.

Ambos cometimos errores,
pero sin ellos, nada sabríamos.
Sin delinear la ausencia,
no anhelaríamos presencia.
Si no doliera la congoja,
no buscaríamos regocijo.
  
Tesoro tan mío…
¡te he extrañado!
como puede extrañar
el ocaso, la brisa dorada,
la luna llena, un espejo de agua
y tú mismo, mi imperecedera paz.
Como la muerte al beso ulterior
y el verso, al broche del poema.  

Simplemente y sin dar giros
volvamos a ser lo que fuimos:
dos seres de trazos errantes
que hallaron la palma querida
para seguir cómplices en la vida.

In situ… lo sabes -lo sé-
desde la primera vez que
nuestras miradas hablaron
y los labios formaron uno:
nos fraguamos en lo único
nos deshicimos en la llama.
Con tenencia y totalidad
nos acoplamos íntegros…
¡nos amamos con el alma!




P-Car