Conmueve,
desordena,
electriza,
arrolla:
el amor sorprende
¡sin hora!
El mejor ausente
el mejor
presente.
En modo ilusión
en modo cerrazón
en modo especulación
íntimo está
¡permanente!
De estaciones a décadas
-o siglos-
entre un instante
y un infinito
aparece…
un rostro
un nombre
un contorno
que toca, modula
y ama
nuestro rostro
nuestro nombre
nuestro contorno
mudando todo
así nada cambie
salvo un brillo en
los ojos
en modo
notificación.
El tiempo no
avanza
solo en el
vientre
¡algo danza!
Es sorprendente
la forma ligera
en que obviamos
cuántas veces y
cómo
antes de la
aparición
¡nos asesinó!
Y más aún…
volvemos a abrirle
el alma
cual canoa frente
al ocaso
en una virginal tarde
de verano
esperando que una
sensual tibieza
la atiborre
de besos y de
promesas
de sudor y de
estrellas
sin pensar que
de ese mismo
labio
un inadvertido filo
-de tan antiguo
oxidado-
puede desangrarla
demente
poco a poco, en
azuladas aguas
¡cabal y dramáticamente!
Asombroso amor…
me embelesa
siempre
y me conquista
totalmente
no obstante saber
que es
tan fenomenal…
¡como mortal!
P-Car
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