Mi cabellera es una potra indomable
que le fascina correr y ponerse en dos
patas
cuando el viento la toca, la enreda y la
azota.
Es tan descabezada de loca
que roba la descarga de las nubes
y hace relámpagos desde sus raíces.
Imagínense...
que esta cabellera trigueña, abultada y
crespa
es la encargada de proteger mis
pensamientos.
Y mis reflexiones están hiladas a mi
corazón
y mis latidos son la fuente de mis
versos.
Mi cabellera nació así, chiflada
largos años traté de domarla
-de ordenarla, de centrarla-
que simulara ser una dama
pero su ecosistema es bello por salvaje
y hoy la dejo ser, me rendí
porque ella así, es feliz.
Lo que más me emociona
es haberme dado cuenta
que mi cabellera es una manifestación
es decir, una parte perceptible
-e ineludible-
de mi íntima esencia.
Su sola presencia
es una extensa poesía
que no necesita palabras.
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P-Car
Paty Carvajal-Chile
N°1639 – 09.02.2024
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