lunes, julio 30, 2018

Tardes moribundas


Ya tan solo te amo
al final de cada tarde.
Todas las comulgadas tardes
que mi alma atardece de nostalgia
con todas las melancolías que penan
en todas las tardes desoladas de la tierra.

En el flemático sol que se esfuma
con el viento que vuela pesado y lejos
sobre las hojas secas que yacen apiladas
y junto a todo lo que pareciera partir
antes de la luna y las estrellas
yo te amo y desvanezco.

Muero por tu amor
desciendo por lo ido
y desaparezco repetido
por mi vida ensombrecer
una y otra… y otra vez.

Entonces sueño me abrazan
los amplios brazos de tu espíritu 
alas del místico sol moribundo
dibujadas en el horizonte inaccesible
bajo la alquimia de tus ojos
que asentados y extraños
nunca dejan de mirarme
como queriendo explicar algo…

así yo deba continuar mi sentir
tan solo en la hora y en el verso
que enceguece el cielo completo
en el crepúsculo de mi tiempo.

Perdóname querido
ya no puedo amarte más
se me desmorona el temple
más nunca te dejaré totalmente
¡moriría integral e infinita!
si así fuese…

como hoy muere el oro en el azul
como lagrimean tus luceros volátiles
como se acaban las lomas en los caminos
de la tarde que en mi cuerpo se ha dormido…

recitando agónico, desconocer sus deseos
pero que al filo del preludio nocturno
más velado que la viuda tristeza
fiel, se eclipsará a tu olvido.



P-Car






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Imagen: de Internet.

jueves, julio 26, 2018

Antes de salir el sol


Entre mi ensoñación y tu sublevación
entre mi cautividad y tu albedrío
entre mi verso y tu precepto
existe un momento:
uno solo…

tan efímero como infinito
tan mortuorio como salvador
tan quebradizo como poderoso…

en que podríamos poseer juntos
la esperanza y el credo
la plétora y el triunfo
el lucero y el tiempo.

Sin embargo, de forma irónica,
en una disposición indescifrable
permanecemos tiesos, grises y mudos
como dos malditos sentenciados
delincuentes de su propio existir
reos de su estricta retórica.

Y cuál ritual intimista
contemplamos con melancolía
a través de reducidas pupilas estáticas
cómo la infeliz tarde se hace trizas
mientras en una dimensión hermética
nuestras almas, sufren y suplican.

En insólita viral arrogancia
no queremos oír su congoja
pero sí, sintiéndonos víctimas,
atendemos un gran silencio estéril
que fragmenta estrellas
¡la noche entera!

hasta la disciplinada hora
en que feroz e inclemente se impone
aplacando de raíz cualquier oratoria
el más frío y ejecutor alba vivido
en esta bella condenada historia.

En una pérdida irrecuperable
el inocente momento, ya murió
no obstante, por casta moral del amor
los que no debieran estar, somos tú y yo

y desaparecer de la faz de la tierra
sin coronas, poesía ni perdón
por cobardía y egolatría  
¡antes de salir el sol!



P-Car






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Imagen: de Internet.

lunes, julio 23, 2018

Desolación


La sombra sin norte
de una fustigada ausencia
es la rara presencia mental
de esta insospechada soledad.

Tan solo inhalo y exhalo  
en este tiempo sin punteros
donde un silencio apabullante
y la desesperanza, son vértigo.

La identidad de mi utopía
se ha desfigurado -y perdido-
en el celaje de un destino insondable
entre el preludio y el albor
de otra magnitud mayor 
llamada…
noche interminable.

Ya no está en mí
pretender hacer algo, salvo,
por no infringir, no morir
fijando azabaches las pupilas.

Obligación de mi cuerpo
-de desencantos ya frío-
el que no tendrá más faena
que ser el triste carruaje
de mi alma desolada.

Espero sin aguardar
busco sin hurgar
lloro sin sufrir.
Creo sin confiar
quiero sin amar
respiro sin vivir.



P-Car



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Imagen: Erin Graboski.

martes, julio 17, 2018

Habitante


Eres, el desvarío señero
de la única locura que padezco.
Céfiro inaugural y último
del aliento que insta mi instinto.

Transeúnte de grises contornos
de mi rompiente, de mi condena.
¡Habitante de todas las cosas!
¡Emerges de cuanto descubro!

De la oscuridad brincas súbito
de lo que alucino, de lo que toco.
Si pareces, de mi alma en otoño,
una hoja aferrada, un retoño.

Ay, señuelo y presa:
en mis resplandores de talento
sé que la desolación que pueblas es
la de mis infinitos desiertos.

Más, sensata o abstracta,
nada dejo irrumpa el delirio:
a ningún humano cautivo
ni a ser oyente, palabra modulo.

Hija soy, del verso y la ternura:  
solo te preservo, ensalzo y amo
en un célibe sinsentido amoroso
en lo más ignoto de mi mundo.

No hay alianzas, no hay pendientes
no hay desenlace, tampoco agüeros
y el instante lindante a éste
es nuestro pomposo futuro.

Ritual sagrado, amor extraño,
cariño etéreo, sentir perfecto:
soy de ti, tu inusual obra sensible
una penuria de hechos concretos
ama y musa de tus exquisitos silencios.

¿Todavía vacilas qué eres tú de mí?
Eres, la célebre razón por la que  
mi silueta proyecta una sombra
mi ermitaño espíritu reza y
mis luctuosos idos ojos
aún destellan.



P-Car




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Imagen: de Internet.

jueves, julio 12, 2018

Nosotros


Tu rostro, luz que he imaginado estrella
tu cuerpo, ímpetu que he decretado mío
tu océano, travesía que me hizo sirena.

Más, tu recuerdo se disgrega y esfuma
al tiempo que se merma y resquebraja
la perspectiva, el sueño, el mañana.

Ya tu voz se infiltra en la penumbra:
son palabras que al silencio adoran
como arcaicos álamos bajo la luna. 

Si todo lo nuestro ya es solo quimera
hace milenios que endulzaste mi alma.

Sin embargo, en noches eternas
cuando mi piel es verso y miel
infinita te necesito y anhelo
cual capullo a la primavera.

A veces, en esos instantes frágiles
he de contarte, susurro que te amo.

Qué enajenación mi querido
si esto está desapareciendo.
Todo se desvanece y muere
inclusive nuestra existencia.

No lo podemos evadir o negar
tanta certeza hay en esto
como que…
¡todo en este mundo tiene un último aliento! 

Pero tú y yo… sí… ¡nosotros!
-y esto está escrito con lágrimas del cielo-
vivos y brusco, a morir comenzamos
el primer alba que nuestros ojos
nunca más se encontraron. 




P-Car




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Propiedad Intelectual.
Imagen: Enzzo Barrena.

lunes, julio 09, 2018

La más traicionera


Se diseminaron los besos
se ennegrecieron las estrellas
sucumbió el imán de los cuerpos.

Partiste, con mi ímpetu, con mi fe, con mi tiempo
como un invierno, con todas las estaciones a cuesta.
Dos cosas no llevaste contigo: mi amor y esta pena.

Al irte poco a poco empequeñeciendo
como un barco en un horizonte brumoso
yo también partí a una lejanía nueva, grisácea.

Y fui la más traicionera de todas las promesas
por abandonarme yo misma en instantes
desmantelando de sueños mi alma.



P-Car





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Propiedad Intelectual.
Imagen: de Internet.

jueves, julio 05, 2018

Nada más soy

Soy una silueta sin sombra
un lienzo de contactos sin manos
una balada que se silencia en los labios.

Un beso que queriendo una boca mecer
con el sol emigra, quizás dónde,
cada huérfano anochecer.  

No soy mucho, soy poco
más bien soy… casi nada.

Lo que me llena de altivez e importancia
aunque, al igual que mi existencia mundana,
nadie se entera ni nadie reclama,
es que de la tierra a la luna soy
la que sin renuncia te evoca
y perpetua, te quiere y añora.

No obstante invisible, casi extinguida,
me sé irrepetible e incalculable
eterna, luminosa, versada
por la virtud de en mí contenerte y
amarte infinito
en el imperio de mi alma.



P-Car






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Imagen: de Internet.