Quererte es como nunca haber tocado fondo
porque dicen que no se ama lo que no es
más, siendo etéreo, eres mi todo.
Eres... porque yo te quiero
en este activo -adictivo-
indeleble dulce olvido
de tu inexistencia.
Si el contexto me fustiga, desapareces...
y entonces soy, algo inferior al vacío
menos, mucho menos, que si el frío
osara tronar tu real irrealidad.
Inmolarse -sin que ocurra- es elección
porque si no existimos, no hay acción
y si no hay hechos, no hay pecado.
Tal vez, solo ahí y solo entonces,
en un espacio nuevo -inédito-
por fin sientas y me extrañes...
y yo, creándote, te haga y rehaga
llenando de mimos celestes
el hendido calabozo de tus ojos
al tiempo de configurar tu desnudez
con la fricción tropical de mi piel.
A veces, se me antoja delirar tu cara,
tus labios, tus párpados, tus palabras,
tus manos, tus yemas, tu cuello
tus bellos, tu contorno, tu deseo.
Bajo la luna, te pienso soñándome
y que tu pulcro torso, por mí,
solo por mí, por fin late.
Y es que más que a nadie y a nada
-con este invariable celo poético-
adoro la índole de tu posibilidad
aquí o en cualquier otro tiempo,
discernimiento, norma y lugar.
Mi infinita propiedad es soñarnos.
Mientras tú amor, no lo logres
no te desueles, no te rindas
que yo, sin ley, sinfín,
sueño por ambos.
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
N°1599 – 05.12.2023
Derechos
Reservados
Propiedad
Intelectual
Protección: Safe
Creative
📷 de Internet
(ante cualquier advertencia
será retirada de inmediato)