El tiempo en su paso ordenado
no se apura ni se atrasa
camina seguro entre senderos indefensos
auspiciado por inagotables sueños.
El mañana es un cúmulo de deseos
apretado en un puño de esperanzas
que virgen, vive entre los pensamientos
de cabezas que se levantan con templanza.
El pasado descansa adormilado
en un tiempo terminado
que no vuelve nunca más a ser
ni en la reversa de un reloj de pared.
Nostalgia de un tiempo pasado
que fue mejor que éste
enreda a cualquiera entre malezas venenosas
que te invitan hambrientas a morirte en vida
atrapándote en pegajosa melancolía.
El tiempo parece transcurrir más lento
entre aquellas llagas no sanadas
por perdones no dados ni recibidos
de sentimientos maltratados
que solo cicatriza hasta agotar
el barril de sus propias lágrimas.
El presente nunca se atora
fluyendo perseverante en el ahora
cual riachuelo cristalino…
y aunque asusta felicidades
fluye cargado de añoranzas.
Dueño de lo que es y deja de ser
de lo que esperamos y no recibimos
de lo que amamos y nos suelta la mano
entre sonrisas estáticas de rostros sepia
añejados solo por las arrugas de un papel
donde el tiempo ya cumplió su misión fiel.
El tiempo cuando se pone cruel
nos habla cada día en nuestro espejo
-o al menos una vez al año-
aquello que no podemos dejar de ver
y es que el tiempo pasa.
Y sin embargo aquí estamos
escribiéndole al tiempo inmaculado
con el respeto merecido
por tan esclavo trabajo
que nos eleva o nos entierra
pero que a nada ni a nadie se aferra
aunque a veces también reza
por algún espíritu que vegeta.
En la realidad de este día
el presente me acompaña siempre
marchando enfilado a mi lado
cual soldadito de plomo
que manda un compás ordenado
a mi ansioso corazón porfiado
que de lo vivido ha aprendido
y aunque sufrido o reído
nunca ha sido un tiempo perdido.
Tomar café con el tiempo
son charlas muy amistosas
que te dejan lecciones maravillosas
y a veces quizás también un dejo amargo
que se endulza con la música
de estos versos ciertos
nutridos de puras enseñanzas.
Y así es la magia del tiempo
que bajo lluvias de primavera
azulados soles de invierno
y flores de pantanos viejos
va doblando lentamente tu espalda
pintándole ilusiones color cielo
al unísono de albear tus canas plata
y exprimir todos tus sentimientos.
Y así cerramos el baúl de esta vida
que será el único equipaje
para tu próximo viaje y encuentro
con un nuevo tiempo renovado
reservado solo para tu alma.
P-Car