miércoles, abril 27, 2022

Simplemente ser

Poema dedicado a mis amados nietos: 

Rodrigo y Josefina. 


 

Crecemos, sí, pero tan solo del cuerpo.

Cuando nos hacemos grandes

somos cada vez más inmaduros,

ineficaces, inseguros, iracundos.

 

Es más, creo que los auténticos niños

son mucho más sensatos y sabios

que aquellos que hemos crecido.

 

Al avanzar en el calendario

nos vamos desfigurando.

 

Con prejuicios,

con distancias,

con avideces,

con egoísmos.

Con falsos placeres,

con ilusorias caretas.

El destello genuino

de la vida y la felicidad

…desvanece.

 

Nos la pasamos el día

pensando en estrategias

para sentir que encajamos

así eso no encaje ni por casualidad

con nuestra recóndita verdad.

 

Nos adaptamos a la incomodidad

de sentirnos inmóviles e invisibles.

Aceptamos la pereza, la tristeza, la soledad,

como si a ello hubiésemos venido a la tierra.

Damos mayor crédito al “qué dirán”

que a lo que grita nuestra necesidad.

 

Son muy pocos los adultos

que despiertan y sopesan esto.

Y reaccionan -y se curan-

…a tiempo.

 

En cambio, los benditos niños

despiertan sin juicios ni manías.

Piensan tan solo en descubrir

y gozar el mundo

a través de sus ojos,

de sus manos, de sus cuerpos,

de su creatividad y juegos.

 

No les importa si sus amigos,

de aspecto, son distintos a ellos.

No piensan si tienen o no dinero,

si sus pieles son de otro tono,

si son robustos o delgados

o si van vestidos a la moda.

 

Lo único que llegan a pensar

y verdaderamente les importa

es sonreír y divertirse juntos.

 

Los niños cuando juegan

y ríen a carcajadas

es cuando se mojan con agua,

cuando se ensucian con barro,

cuando se encaraman a un árbol.

Sus relojes y tiempo

son el alba y el ocaso.

 

Es decir, ellos se mimetizan

con lo que la naturaleza ofrece

siempre y totalmente gratis.

 

Es bonito contemplar con paz

y detenida atención a los niños:

su inocencia, su sencillez

y su oriunda forma

de conexión y embeleso.

 

Ellos, sin querer,

nos enseñan a ser,

simplemente ser.

 

Se habla por doquier

que es fundamental

avanzar en la vida.

Sin embargo, hoy, yo,

de corazón por fin entiendo

que lo más importante

para sanar este mundo

-y nuestras almas-

es retroceder.

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P-Car


Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

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Imagen: de Internet

jueves, abril 21, 2022

Es o no es

 

No quieras acercarte

para unir tu afluente al mío

que una velada contigo

es un breve y extenso

amenazante tiempo:

 

un efluvio de fuego

un océano desatado

una jaula abierta.

 

No, no me busques

que un acercamiento tuyo

es como desandar, mil lunas

para ir a toparme otra vez

con la muerte

vestida de escarcha

pupilas craqueladas

y cabellera de lluvia.

 

 Definitivamente, no regreses

que estoy exhausta

de intentar cubrir  

con hiedras y flores inmerecidas

tu invisibilidad.

 

Ni siquiera me imagines, querido,

que siendo todo tan idéntico

en mí, ya nada es lo mismo.

 

Más, si te relega la nostalgia

y se empalidece tu mirada 

al ver el horizonte, piensa:

 

El amor es o no es.

Y si es, es…

 

Cual olas a la arena

vuelve insistente

-se manifiesta-

y todo lo vivifica

y todo lo humedece.

 

Lo demás, lo fútil, lo insustancial

aquello que carece de sentido

y que nunca, nunca, se sintió infinito

en breve, lo devora el olvido.

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P-Car



Paty Carvajal-Chile

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Imagen: Dimitra Milán


miércoles, abril 13, 2022

Te esperé

 

Te esperé largo tiempo

-algo así como toda una vida-

pero no… como imaginas.

 

No te esperé en bosques solitarios

ni en la arena junto al océano.

No te esperé tras un cristal lluvioso

ni vestida con encajes blancos.

 

Yo te esperé, sin saber que te esperaba.

Te esperé, sin desear esperar a nadie.

Esperé brutal, rehusando mi alma.

 

Te esperé lúcida, seduciendo otras bocas.

Te esperé cuajada, frisando otras pieles.

Te esperé etérea, soñando soflamas.

 

Te esperé maldiciendo,

te esperé vagabunda.

Te esperé retorcida,

te esperé sombría.

Te esperé mortal,

te esperé en caos.

 

Te esperé, desde mis quince primaveras

hasta el sexagésimo otoño de mi jardín.

 

Te esperé, por lo visto, dilatadamente,

hasta que mi corazón se reveló débil 

y con la lentitud, entró la reflexión.

Y mi todo fue verdad y consciencia

y en ese acierto, murió la espera.

 

Entonces mis pupilas te divisaron…

con un sol refulgente tras tu silueta

y una estrella tatuada en tu vientre.

 

Venías a mí… ¡y llegaste!

y sin haber un rasgo esbozado

ni un poco haberte fantaseado

¡te reconocí al instante!

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P-Car


Paty Carvajal-Chile

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Propiedad Intelectual

Imagen: Antonio Mora


miércoles, abril 06, 2022

Conciencia

¿No te dije mi nombre?

te lo diré ahora que amanece:

algunos me dicen tiempo

otros me llaman soledad

otros, silencio

otros, verdad

y otros…

¡desplome!

 

En realidad, te confieso que

… conciencia es mi nombre.

 

Antes de irme he de decirte

que fue un honor y un privilegio

hacer el amor contigo

la noche entera.

 

No importa donde vayas

o con quien duermas.

Nuestra intimidad

nunca la olvidarás.

 

Desapareceré tranquila

porque desde hoy, para mejor

algo, ha cambiado en tu vida. 

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P-Car



 

Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

Propiedad Intelectual

Imagen: Adam Martinakis