¿Qué eres,
hombre de ojos turquesa?
Desde que
tu mirada chocó con mi aura
la luna lagrimea
al ocaso.
Cuando en tu
rostro vi las estrellas
era el
amor que te contemplaba.
Al brotar burbujas
termales en tu piel
era la
pasión misma que me deseaba.
Hoy, ya no
eres adalid, rey ni poeta.
Nunca más me
fue permitido
despertar entre
aguas dulces del cielo
y los atardeceres
dejaron de ser
vino bruñido
en mis labios.
Tu dual
mirada fue la gran estafa.
Ella me
habló del universo, del mar,
del amor en
el reposo del arcoíris:
los más íntimos
anhelos de mi alma.
Pero tú, así
beses labios de luces
contienes
en el corazón
un
conclave de noches sin albas.
Eres - aunque
mil veces lo reniegues -
oscuridad
que no quiere aclarar.
¿Qué
piensas?¿Qué sigue ahora?
Intuyo una
debilitada barca sin playa
cargada de
doloridos sueños de amor.
Así la trama,
los pecados y el alma,
en noches templadas
de soledades infinitas
desesperadamente
busco tus óleos turquesa.
A veces, necesito
sus sublimes mentiras.
A veces,
en instantes como éste, otra vez,
quiero
creerles.
P-Car