A veces -solo a
veces-
cuando el
carmesí del crepúsculo
integra el cielo
con el agua…
yo quisiera ser
el mar bajo tu aura.
Y fundirme en tu
esencia
y sentir tu resguardo
y -hasta las
lágrimas-
emocionarme con tu
amor.
Así sea por un
solo instante
de esos fulgentes,
infinitos y mágicos
que quedan eternamente
grabados
con gotas de sangre
cósmica
en el centro mismo del
alma
y en el libro de Dios.
P-Car
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