Dame tu sentir, tu sueño, tu razón,
dame tu mano, dame tu vibración.
Dame tus labios, tu risa, tu sabor,
dame tu piel, dame tu esplendor.
Corazón… ¡dame todo!
que yo también te lo daré
suavemente, poco a poco…
Si es así…
y conquistamos un siglo
cómplices y amándonos…
en un místico crepúsculo
cuando el tiempo para ambos
evolucione a lento y dorado…
y me mires con igual dulzura
y me abraces con igual gana
yo, sin una mísera duda…
te diré con confianza y calma
que también a ti te pertenece
así el infinito se deshaga…
¡mi eternidad y mi alma!
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P-Car
Paty Carvajal-Chile
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