Oh mi Dios:
Fue una larga
vida, gracias Señor:
Extensa,
ardua y desolada estadía.
Tú lo sabes Señor,
todo lo sabes:
su causa, su
sentido, su misión.
Por toda
falta, por mi ansia,
por cualquier
incoherencia
mi palabra
amarga suplica
tu dulce e
infinito perdón.
Más, humildemente
te pido
devuélveme así,
intacta…
con el mismo
cuerpo y corazón
a donde el agua
se deslía con el sol.
Así sea una breve
permanencia,
eso no
importa, mi Señor.
Quiero retornar
aquí
a este índigo
divino abrazo
habiendo sido
amada mi sombra
habiéndola bendecido
el alba.
Habiéndose el
amor
sanado en
amor:
el terroso amor,
Señor.
Sin aquel
paladar
sin aquel incienso;
sin esa
felicidad
sin esa sapiencia
siento que en
mi alma
algo oscurece,
algo gime,
un hueco
crece, algo falta.
Mi descorazonado
pecho te pide,
con tu
anuencia, regrésame por favor
al tiempo del
tiempo, Señor.
Tu respuesta
es mía
mi memoria es
tuya.
Oh Señor…
En lento y
delicado descenso
cantando
ángeles y cruzando luceros
voy olvidando
este encuentro.
Ya todo es
silencio
¡Gracias mi
Dios!
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
N°1285 - 13.08.2021
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