En el instante
justo y círculo exacto…
un magneto divino
irradió el cosmos
mientras el rocío
de las olas…
acompasado danzó
el vals del viento
entre millares
de estrellas…
que en el alto
cielo trazaron
un eterno poema…
Fue entonces que
llegó la luna diestra
con su inagotable
pértiga del tiempo…
para in situ observar un hecho único,
impactando desde
entonces el gran universo,
porque nuestras
miradas y almas…
por primera e infinita
vez…
allí se conocieron!
P-Car