De encajes viejos es el luto
del cielo
cuando danzan violines en
mis versos
miel de quimeras ensalza mis
letras
endulzando las entrañas de
mi alma
donde castos se hincan los deseos.
Tocando lo más íntimo del solsticio
cae cierto el telón grana del
olvido
una a una las estrellas se
apagan
al querer alcanzar por
última vez
la que guarda su nombre y el
mío.
Donde yace un sueño todo muere
y si hubo amor… la tristeza
invade
pero la vida muestra otros
terrenos
para sudar de nuevo fértiles
anhelos
y escribir sin tinta, bajo
la luna llena.
Buenos augurios ventosos del
norte
esparcen renovadas semillas poetas
luego sonreiré con los
brotes blancos
de mi campo de anémonas silvestres
con las que haré una manta
de reina.
P-Car
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Mi cofre de tesoros!