El vértigo de la penumbra
más lúgubre
llega con tu sombra iracunda
que sopla lento los encajes
de mi cama
delincuentes insanos oliendo
mi perfume
pasos sigilosos crujiendo entre
las tablas.
Astuto lobo hambriento en
busca de su hembra
para devorar aquello que no
engendras
en una piel llana que fue
tan tuya…
donde dibujaste flamante aurora
con tus manos
y volamos juntos al infinito
claro.
Interminables son mis pensamientos
cuando la débil memoria sucumbe
ante el recuerdo…
de esos ojos que tiernos un
día me adoraron
como el sol enamorado de la
luna y sus estrellas
y el azul puro… del mar más inmenso.
Recojo las flores muertas
que dejaste a tu paso
mientras rezo por tu incierto
rumbo lejos de mi huerto
aunque me aniquila el corazón
seguir pidiendo
y en un renuncio agonizante ante
mis pocas fuerzas
solo exhalo al cielo éste,
mi último verso.
Y es que te he amado como a
nadie en mi existencia
sentimiento ultrajado con palabras
vanas
y silencios pavorosos que fusilaron
hasta mis penas
en los fríos paredones de
las eternas soledades
desde donde gime cada línea
este poema.
Se ahogaron en lágrimas mis
entrañas
cuando mis horas vacías solo
te aguardaban
mutilando la emoción de este
gran amor
que me deja lastimada sin
remedio
y con la flecha de Cupido
sangrando en mi pecho
con desprecio de frente te
grito
¡vete de mi alma!
hombre que enterraste el más
hermoso sueño.
P-Car
!Bravo Paty¡ aplaudo de pie, profundidad y belleza.
ResponderBorrarHola Saúl, gracias amigo, tu comentario es muy halagador!!! un beso para ti...
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