Paralizada en un papiro
mis palabras ya no crean versos
porque los zafiros de tus iris
buscan anidar sus reflejos
en nuevos parajes
abdicando mi vientre.
Estáticas noches de silencio
entre culpas inocentes
-tiempo de miseria-
donde tu recuerdo ardiente
sin clemencia penetra mi alma
fecundando más soledad.
Tristezas trenzan mi garganta
corrompiendo la voluntad
que tortura mi coraje
por no poder olvidar
nuestra danza de plumas salvajes.
Y las manos vacías del viento
acarician el luto de mi cuerpo
mientras la luna defraudada
con un séquito de estrellas
reza tras los álamos.
P-Car
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