En este manso ocaso…
en el cielo titilan
ingenuas
las primerizas estrellas,
cuando se difumina la tarde,
entre la cruz del monte
y el barco en el horizonte…
Con un desconocido silbido
templado el viento
me traslada a la playa…
Y es que al galope se
acerca
mi adorado alazán negro
que, herido de nostalgias,
desde un solitario poblado
vuelve a derramar a nuestro
mar
la lágrima que acongoja su
alma
P-Car
Lo esperaré. Me encanta
ResponderBorrarbesos
Muchas nostalgias has dibujado en esos versos.
ResponderBorrarHermoso Paty.
Un beso
tu canta lleva llanto
ResponderBorrary a pesar de todo, es hermoso!