Se derretirán interminables inviernos
invocando un milagro a la montaña
para luego ver escurrir la nieve
en una extensa procesión de mil lágrimas
hacia la paz del lejano océano…
entre doce veleros de calas blancas.
En cada suspirante despertar
luego de soñarte en mí…
extraño tanto tus brazos, que…
con vértigo le pregunto al alba
en el delirio de que piel estarán…
empapándose en un nuevo oleaje…
tu simiente y tu mirar.
Emigrarán erráticas las golondrinas
y el tiempo detendrá sus manecillas
cuando mi alma se despida de la piel
luego de caer frías estas manos
que en otra primavera fueron
-en una noche plagada de estrellas-
madrigal de tus labios.
E intenso respiro porque sé,
-mientras a pausas siento el final-
que todo ha de pasar, menos…
la impronta de amarte así, y
por ello sentirte un poco mío
en la íntima prosa de mi soledad.
En un adiós impregnado de silencio
junto a mis últimos versos
muy lejos he de llevarte Amor…
en mis alas creadas con recuerdos
más allá del celeste infinito…
en la inmune dimensión
de un cielo profundamente eterno.
P-Car
Wuauuuuuuuuuuuu QUE POEMA AMIGA
ResponderBorrarQUE POEMA! ufffffffff, me ha dejado suspendida en el silencio!
Me lo llevo a mi blog!
DIVINO, DIVINO
Te dejo el enlace mi princesa!!!
ResponderBorrarhttp://eileenovallemiblog.blogspot.com/2012/09/amor-eterno-por-paty-carvajal.html
Bonito.
ResponderBorrarSaludos
David
En tus alas tejidas de versos, así se vuela mejor.
ResponderBorrarBeso...
Bueno, es todo un halago Dulce. Un dulce halago... Bueno, viene de ti!!!
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