“Déjame ver tus ojitos bebé,
mi querubín de plata, que soy tu mamá
y ya muy pronto estaré a tu lado, porque te amo.
Nacerás otra vez de las entrañas de mi alma,
para estar en mis brazos de cicatrices sanadas,
alimentarte por siempre de mi pecho
y brindarte cascadas de mi esencia renovada”
Gélido amanecer. La seda de mis magnolias negras son caricias
carceleras. Los pensamientos siento encorvados, adoloridos. La memoria sin
asidero, languidece. Afuera es el mundo en rápido movimiento, que nunca
entumece. Distante, la risa de un niño que seguramente sigue su volantín de
nubes rosadas.
Empuño mis manos, por el hielo y la droga que entró en
mis venas y porque nada más puedo mover. Estoy atada a la realidad. La
impotencia reina y una lágrima cae vertiginosa.
Mi mente tiene lapsus, por instantes surge el ayer un
confuso pasado sin creces. Creo que hace quince noches que mis ojos no se
cierran o quizás son quince años, no lo sé. Creo enloquecer de verdad.
Inventé un sol, una luna y una estrella junto a un
ángel, que he dibujado mil veces en el techo de esta habitación, tan sólo con
mi mirada. Nunca hallé una ventana para que desde el firmamento me observen.
Mi alma está perdida en su silencio extraviado del tiempo
y quiere ser liberada del insultado fantasma que mora en mi pecho. No quiere
sufrir, sólo elevarse indultada y ser una golondrina que retorna a su
primavera.
Mi prontuario me condena, febriles delirios, angustias
aglomeradas, mis rebeliones a la muerte, traducidas en acciones incoherentes y
las tantas veces que quise ser paredón del destino, frente al fusil en manos de
la sombra de mi propia suerte.
Ay… ¡cuanta vida desquiciada! que quisiera rescatar,
desde este cuarto frío, sin grana, sin crecimiento, sin esperanza, sin
cristales, sin colores, sin cuna y… ¡sin ventanas!
Ya nada puedo hacer. Sólo siento grato el olor de mis
magnolias negras, que mientras se multiplican, acarician mi cuerpo desnudo de
virtudes y sostienen mis noches sin sueños. Añoro crezcan desmedidas, cual maraña
oscura sin control, hasta quitarme el aliento y terminar así esta inmóvil penitencia
sin cielo.
P-Car
Siento una tristeza en estas letras latente, que tu protagonista va desgranando y nos transmite.
ResponderBorrar¡Qué bien se lee entre líneas el mensaje que deja...)
Un abrazo en la noche Paty.
Querido amigo, existen historias tristes en el devenir de la vida. Cosas que vemos, escuchamos, imaginamos. Lo complicado abunda, lo triste más aún, y por ello cuando hay alegría y motivos de felicidad, hay que agradecerlos. Con todo yo encuentro la vida una bendición maravillosa siempre. Un abrazo en esta noche de domingo, bueno, ya es lunes la verdad, ja!!! Besitos.
ResponderBorraruuffff amiga profundo y triste pero a veces si vives sin ese cielo sin esas ganas yyy uuff precioso suave delicado , besos desde mi brillo del mar
ResponderBorrarHola Beatriz, muchas gracias amiga, por leerme y siempre dejarme tus lindas palabras. Besitos.
ResponderBorrarCuanto de realidad tienen tus letras Paty, cuanto de triste...
ResponderBorrarUn mensaje lleno de reflexión y enseñanza para muchos ojos ciegos.
Gran trabajo amiga, extrañaba leerte.
Un beso.
Hoooola Osvaldo, que agradable que vengas de nuevo por este rincón, donde siempre eres bienvenido.
ResponderBorrarLa tristeza que sobrevive una mujer a la muerte de un hijo es tremenda, incluso puede suceder un desequilibrio total en su vida y mente. Es una historia imaginada pero basada en tantos hechos reales que he palpado desde muy cerca.
Gracias y un gran abrazo para ti amigo.
Este texto es muy triste, tremendo, lleno de imágenes delineadas con palabras que hielan el alma...
ResponderBorrarBesos.
Esta vez transitas por paisajes oscuros, el sentimiento que te inspira toca de cerca.
ResponderBorrarBesos dulces y Feliz semana.
Impersonem. Gracias por dejar tan elocuente comentario. Es verdad! así es! es duro, es triste, es lapidario... pero queda la ilusión de despertar en otra dimensión y reencontrarse con su bebé y darle todo lo que en vida lo pudo. En realidad es tremendo. Un beso para ti.
ResponderBorrarDulce, si tienes razón, de vez en cuando me surge la inspiración de hablar temas sensibles de otro tipo de realidades, que no son necesariamente del amor o desamor de pareja. Un beso doble para ti.
ResponderBorrarWuau que impresionante amiga, de verdad me caló tan profundo, va más allá de lo que a veces estamos preparados para escuchar y de la triste realidad de este mundo, que arranca la vida sin mucho pensarlo. Impresionante!
ResponderBorrarHoooola Amiga. Sí, la verdad es que cuando la vuelvo a leer, cada vez me entristece más. Bueno, la vida para algunas personas no les ha sido fácil, y han tenido que pasar, sufrir y superar episodios muy duros. Gracias amiga por venir y dejarme tu siempre cálido comentario. Besitos.
ResponderBorrarMe ha sorprendido e impresionado mucho mucho este texto tuyo,Patricia...Con cuánta intensidad y empatía comulgas con este dolor y tormento del alma, que en este caso no alcanzo a entender (por desconocimiento) cuán profundo será, pero intuyo es absolutamente desgarrador, aniquilante, como una poda sangrante, o un árbol desprovisto a la fuerza de sus hojas y sus frutos...Se entiende que se desee la muerte a seguir viviendo de esta manera. Sólo quien lo vive lo puede sentir tan hondo, pero tú lo has transmitido excelente bien. Es un don el tuyo, amiga,no todos pueden empatizar tan profundo y sentido así...
ResponderBorrarMI ABRAZO GRANDE.
Gracias amiga, cada palabra que me regalas hoy, la atesoro. Lograr transmitir una sensación tan profunda sin haberla experimentado es todo un desafío. Que linda que opines así. Un abrazo.
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