Cuando mi
corazón sea del sol y mi piel de la luna.
Cuando mis
labios sean céfiro y mis ojos, dos luceros.
Cuando mi
alma se eleve en paz, hecha esencia pura,
al son que
del cielo, caigan cascadas de luz al océano.
Entonces, podremos
extasiarnos emocionados otra vez
y, en medio
del paraíso eterno, sintiendo la bendición de
nuestros nuevos
cuerpos traslúcidos, fundirnos en uno.
Sí amor, volveremos
a ser infinito, como la mágica vez
primera, en
que el cosmos amalgamó nuestros destinos.
P-Car
Como elevas tus versos, para hacerlos místicos casi divinos.
ResponderBorrarLeerte reconforta, feliz domingo.
Me alegro de esa sensación buena que sientes con mis versos amigo. Abrazo y buena semana.
BorrarAmor y fe, solo un final feliz puede traer.
ResponderBorrarUn gran abrazo
Mucha verdad en tus palabras Guillermo, gracias por respaldar mi creencia. Besos.
Borrareres un sol un beso fernando
ResponderBorrarHola Fernando, eso que dices es muy inmenso, todo un elogio amigo. Gracias de corazón.
BorrarLa verdad me emocionas tanto como me impresiona con tu manera de expresarte. Se feliz
ResponderBorrarMuchas gracias Ricardo. Buena semana para ti.
BorrarMuchas gracias Ricardo. Buena semana para ti.
BorrarSi amor traslúcido, será un amor sin sombras...
ResponderBorrarAbrazo.