Después de dar un
paso
el siguiente lo reprimo:
pulcra, limpio
mi huella.
Mi sombra sumisa
toda vez se
asombra.
Tan paciente
como ella,
toda vez, lento le
recito:
Evito ofender los
luceros
evitando estelas
extintas.
Evito noches sin
prosas
oráculo de albas
plomizos.
Evito, sin convenios,
lo que no me haga
llorar,
pura y solamente,
de placer y emoción.
Evito lo que no
me engrandece
al intentar
encintarme con nada.
Nunca más he de
explayar mi cuerpo y corazón
a quien no, con todo
su cuerpo y corazón,
desde el alma, beba
y embeba mi alma.
De lo sagrado, impido
el ultraje:
Prohíbo hieran
mi sentimiento.
Protejo mi
poesía, con sangre.
P-Car
Hay que evitar el daño al corazón y el alma y a la vez buscar la poesía de la vida.
ResponderBorrarUn abrazo.
Sólo lo que nace del alma es auténtico y auténticamente nuestro... por eso es lícito y necesario protegerlo...
ResponderBorrarAbrazo
Hermosa poesía escrita desde el alma, pero hay algo que me preocupa, con tanta protección ¿no estará evitando una parte que le toca vivir para engrandecerse? No se... Se me ocurrió sobre la marcha, igual hace bien al protegerse... Uhm no me hagas mucho caso porque creo que pensaba con los dedos puestos sobre el teclado.
ResponderBorrarPreciosas letras Paty. Saludos.
"Nunca más he de explayar mi cuerpo y corazón
ResponderBorrara quien no, con todo su cuerpo y corazón,
desde el alma, beba y embeba mi alma"
Estos versos son una firma del amor y me parecen de una construcción miy bella.
Un placer leerte, saludos.