viernes, noviembre 18, 2016

Ave sin su nido

Impulso absoluto fui
al aventurarme a tus ojos:
gaviota sin estación
invadida de emoción.

Henchida de pureza,
un nimbo amoroso seguí.

Al elevarme en mi sueño real
mi rostro fue aire
mi cabello, brisa
mi alma, clamor azul.

Encajes de luz, mis dedos fueron,
al extenderse como alas al viento.

Añoré como nunca antes -y más-
posarme en tus pensamientos:
ser la rima y el verso
que ondeen tus labios  
en la construcción inédita
de una nueva plegaria
que juntos, al final de un beso,
llamaríamos esperanza. 

No me importó el peligro.
No me importó la distensión.
No me importó la lasitud.

Desde lo hondo del corazón
en mi quimera volátil sabía
que algún albor
mi silencio sería el dueño
de tus silencios más bellos.

Porque yo, como nadie
con una caricia ciega
identificaría tu cuerpo.

En la levedad de una cercanía
sentiría el fuego de tu piel.

Y reconocería tu mirada
en cualquier lugar del universo:
en medio de una gran multitud
o… al centro mismo de la nada.

Y si…
al lado opuesto del espacio y del tiempo
de nuevo hoy
honesto modularas mi nombre
a ti, en el instante de un momento,
-cual ave sin su nido-
llegaría yo.
  


P-Car

4 comentarios:

  1. Preciosa la metáfora de esa gaviota.
    Un abrazo.

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  2. Jope que dulzura y belleza en el universo tiene ese gran amor inspirador de tan bellos versos las estrellas siempre te ilumuninran Poetiza un beso grande amiga desde mi brillo del mar

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    Respuestas
    1. Gracias amiga, en todos nosotros el amor inspira, presente o ausente. Besos linda poeta.

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