Impulso absoluto
fui
al aventurarme a
tus ojos:
gaviota sin estación
invadida de
emoción.
Henchida de
pureza,
un nimbo amoroso
seguí.
Al elevarme en
mi sueño real
mi rostro fue aire
mi cabello, brisa
mi alma, clamor
azul.
Encajes de luz, mis
dedos fueron,
al extenderse como
alas al viento.
Añoré como nunca
antes -y más-
posarme en tus
pensamientos:
ser la rima y el
verso
que ondeen tus
labios
en la
construcción inédita
de una nueva plegaria
que juntos, al
final de un beso,
llamaríamos
esperanza.
No me importó el
peligro.
No me importó la
distensión.
No me importó la
lasitud.
Desde lo hondo del
corazón
en mi quimera volátil
sabía
que algún albor
mi silencio sería
el dueño
de tus silencios
más bellos.
Porque yo, como
nadie
con una caricia ciega
identificaría tu
cuerpo.
En la levedad de
una cercanía
sentiría el
fuego de tu piel.
Y reconocería tu
mirada
en cualquier
lugar del universo:
en medio de una
gran multitud
o… al centro
mismo de la nada.
Y si…
al lado opuesto
del espacio y del tiempo
de nuevo hoy
honesto modularas
mi nombre
a ti, en el
instante de un momento,
-cual ave sin su
nido-
llegaría yo.
P-Car
Preciosa la metáfora de esa gaviota.
ResponderBorrarUn abrazo.
Muchas gracias amigo, que tengas lindo fin de semana.
BorrarJope que dulzura y belleza en el universo tiene ese gran amor inspirador de tan bellos versos las estrellas siempre te ilumuninran Poetiza un beso grande amiga desde mi brillo del mar
ResponderBorrarGracias amiga, en todos nosotros el amor inspira, presente o ausente. Besos linda poeta.
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