miércoles, septiembre 21, 2022

Dos luceros

 

Mirarte, fueron instantes,

que se transformaron

en mi infinito.

 

Igual que las estrellas,

te sostienes en el aire

-de mi ausencia-

frío, inalcanzable.

 

Y yo, incomprensible…

por el revés de tu silencio

discreta… te sigo mirando.

 

Como la niña…

como la mujer…

que mira dos luceros

y con la palma de su alma,

para sí, intenta descolgarlos.

 

Únicas luces

que logro observar

en el cielo, en el tiempo

que nunca acaban

en estas noches sin alba.

 

En mí, siempre, tal cual eres

-tozudo, esquivo, solitario-

con tus heridas -mías-

¡seguirás brillando!

.

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P-Car



 

 Paty Carvajal-Chile

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