Acaricio su recuerdo con un
pálido temor
de apartar el dolor y
aproximarlo de nuevo
conviviendo apenas con esta
nueva soledad
en ciega oscuridad de aquel privado cielo.
(Siento un agudo filo que
hiere el pecho,
desesperarías con mis
llantos sin freno)
Al alba ruego las estrellas
no partan,
mi luna observa seria,
silente… ¡amplia!
le ruego un corazón nuevo
sin recuerdos
y navegar en mar
limpio de sentimientos.
Necesito encontrar luz de
esperanza
hallar los hilos de ilusión
que alzan,
busco lo que se escudriña desesperada
regálame sabiduría… luna de
mi alma.
En este instante no deseo
consejo
ninguna razón, solo un
consuelo…
quizás su mirada entre
gentíos inmensos
o el azul de sus ojos
coloreando mi pelo.
Extraño su regazo en cada
amanecer
y la canela de su piel
junto a mi piel...
seguir descubriendo sus
caminos
llegando al límite de su
máximo placer.
(Si casi veo tu sonrisa
luego de largos besos
ay…, ansío esos labios
tatuando mi pecho)
Confieso no abrir mis ojos
al despertar
dimensión mágica sin tiempo
ni verdad
donde escucho sus palabras
de amor
y sin pensar me relajo en esa paz.
¿Escucho música de cálidos
anocheceres?
proviene de estos
confidentes rincones
que porfiados atesoran
dulces gemidos,
pasión desenfrenada e
intensos placeres.
Floto en este estado de
nunca terminar
sintiendo en mí, su
enamorada virilidad.
(Eres mi vicio de fantasía
y sensualidad
así Amor, sin enterarte,
conmigo morirás)
Y es que en realidad no puedo
extirpar
ni la ráfaga de felicidad
ni este largo delirar.
(Si tan solo entendiera
Ángel de mi universo
dónde erramos y porque aún
así te quiero)
P-Car
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