Estoy en tinieblas
abrazada al fantasma del olvido
que no quiere levantar su mirada
ni su corazón aún tibio
llorando aferrado a mi ombligo.
Sobre un manto de enredaderas
de sentimientos revueltos con veneno
se derritieron tu amor y mi amor
en una esperanza fundida
que borró eternamente sonrisas.
Vete Mi Bien
halla la felicidad merecida
desprenderé tu recuerdo
que estando aquí escarba heridas
arrastrando los sueños que aún gritan
a las calaveras de mi vida.
Soltaré ahora tus manos
ayúdame por favor Vida Mía
no te aferres de esta forma a ellas
que debo intentar alcanzar
en un cielo que no es el tuyo
inertes frías estrellas.
Junto a nuestra historia
una parte de mi muere en este instante
otra me la arrancaste por siempre
y solo la más pequeña
sobrevivirá solitaria adelante.
Nada puedo entender
solo paso a paso continuar
con mis ojos ajados de llorar
y mi calma desesperanzada de aguardar
aquel milagro suplicado a la divinidad.
Con todo tu ser aún en mi mente
donde el arcángel de la muerte
anuncia algo inminente…
durante este delirante desvelo del alma
te digo adiós Amor Querido
mientras una lejana canción
que hace trizas mi corazón
entona el Ave María de mi vida
para nuestra última despedida.
Me cuelgo mi collar de perlas
para por última vez mirar
nuestro adorado retrato
junto a mi libro de poesías
mojados por una sola lágrima
de mi muerta de pena
única orquídea negra.
P-Car
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