Como faro de la
noche marina
fuiste luciérnaga
en mi neblina
que hilvanó toda
mi vida
en un radiante momento
eterno
que iluminó todo
mi tiempo.
En la oscuridad
de tu partida
puse gruesas
cadenas al recuerdo
de tu
destellante mirada
que hoy enfoca de
lleno su luz
hacia océanos
sin mi barca.
Bailotea mi
corazón contento
como notas de guitarra
gitana
cuando en mi
negro tormento
presiento tu
alegría sin fin
y surgen los
momentos ilusos
en que creo que vienes
por mí
diciéndome que aún
me amas.
P-Car
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