¿Recuerdas?
nos escuchábamos atentos:
yo te decía despacio mis versos
y tú… tus pensamientos
mientras una copa de vino tinto
teñía nuestras almas
reposando las lentas horas
de un día domingo.
¿Y recuerdas?
esa loca velada de amor
secreto guardado por las estrellas
la canción, la luna, tú y yo…
con la piel en la arena desnuda
donde, Mi Bien, me hiciste tuya
ahogando en lo profundo
de ese sagrado lugar fecundo
de ese sagrado lugar fecundo
todas las antiguas penas.
¿Recuerdas
Mi Amor?
algo
nos daba calor
no
era el fuego
tampoco la pasión…
tampoco la pasión…
solo
eran los
sentimientos
despertando el corazón
y las notas del ruiseñor.
y las notas del ruiseñor.
Se enclaustraron los astros
y el universo completo oscureció
cuando hoy corrí al mar
para arrojar mi inspiración
porque ya no te leeré nunca más
bajo un firmamento contento
mis poemas de amor.
cuando hoy corrí al mar
para arrojar mi inspiración
porque ya no te leeré nunca más
bajo un firmamento contento
mis poemas de amor.
Mi ser es un espíritu en
pena
que vaga en los bordes salados
donde ya no podré contemplar tu mirada
que vaga en los bordes salados
donde ya no podré contemplar tu mirada
y descifrar la sonrisa de tu cara
luego de alcanzar juntos el arco iris
al vaciar entero tu cuerpo
sumergido en mis entrañas
cuando la ilusión y la espuma blanca
bañaban ese pedazo de playa.
luego de alcanzar juntos el arco iris
al vaciar entero tu cuerpo
sumergido en mis entrañas
cuando la ilusión y la espuma blanca
bañaban ese pedazo de playa.
Nunca más la mañana asomará
por mi querida ventana,
para encender el ámbar del alba,
cuando fresca y descuidada
despertaba al sol
que con pestañas doradas le guiñaba
y poco a poco la entibiaba
mientras
la calidez tuya me abrazaba
con
un despacio te quiero
suave y lento por mi espalda.
suave y lento por mi espalda.
Nunca más los faroles de la plaza
harán reverencia al pasar
sabiendo que como nosotros
nadie más durante tardes enteras
bajo los aromos de primavera
bailarán
y entonarán una y otra vez
la
misma bella balada.
Nunca más nada será igual
la
sirena muere
la guitarra humedece sus cuerdas
la guitarra humedece sus cuerdas
llorando
aquel lejano cantar...
y
yo, mi soñar.
Hoy
supe de tus labios
bajo un frío eclipse de mayo
que
nunca más me amarás.
P-Car
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