Llegas al crepúsculo
de un día de verano
a deshojar su piel
saboreando aquellos brotes…
perfilados y voluptuosos
frutos chocolate.
Te ganas el celo
de una hembra cálida
labios de felina salvaje
que sucumbe a tus suburbios
olvidando linaje.
Y se escucha el oleaje fiero
azotando humedades
volátil rocío azul se eleva…
en el instante que viril
alcanzas lo profundo
conquistando cavidades.
Se apaga el horizonte…
un rayo dorado entra en el mar
ella… cautiva está…
observas toda su vida en un albor
la posees con pasión
i n t e r n o …
retienes el hervor de tu miel
amasando su placer
con tu gran sol quemante
un amor sin noche
y tu sensual alma errante.
P-Car
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