Vaciándome...
aluciné una tenue luz
y añoré tanto su paz
que sujeta al ánima de mi alma
intentando eclipsada volar…
nuevamente caí…
Mutilada de mi…
mi sombra leprosa de dolor
flaca cayó enmudecida
para siniestra permanecer inerte
mimetizada con lo más oscuro
del silencio…
Hincado sin rencor…
mi corazón lloró todo su rojo
y mirándome sumiso
demasiado lejos algo imploró
desde el altar de sacrificios
de la soledad…
Hurgueteando colores
indigente sobrevivo
bajo un torcido árbol de pellejos
donde sorda de la urbe
frígida me hundo
en mi áspera fosa de huesos
Sin lívido de ser
me desmayo cada hora sobre Morfeo
para a mi autismo marear
soñando una y otra vez
entrando elegantísima a la gala…
de morir…
Me causo dolor leer tu poema, duro, herido, pero supe reponerme como buen lector que no todo lo que poetiza el poeta es signo de su dolor. Gracias amiga mía por permitirme leerte. Un abrazo
ResponderBorrarGracias por tu cercanía, amistad, cariño y gratos comentarios. Un saludo afectuoso, Paty
ResponderBorrarPERO QUE POEMAZO MI AMIGA, QUE BÁRBARA, HOY SÍ ME DESGARRASTE TODA!!!
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