Inmensamente tuya

“Soy la más pura e íntima tristeza

de una barca enamorada del mar azul

encallada en el olvido, por el estricto destino…

en donde muere de sed sin la fe de volver

a estar en las aguas que la hacen feliz”

Fui inmensamente tuya… como esta noche del viento, que se desliza en cómplice escapada, desde mi bien absoluto al centro de tu sentir.

En nuestro íntimo capullo, ignorante del ritmo trivial del tiempo, sentí que los grandes anhelos, sí pueden ser ciertos… y también, lo que es sentirse una mujer totalmente amada, que supo de lo simple y grande de la felicidad, por sólo respirar… entre los suspiros de tu alma y la piel de tu pecho… con aroma a infinito.

Sí, yo te adoraba como la aurora al albor y el albor al sol, que sin él no tiene razón de ser… y tampoco tiene luz para ver la montaña con sus tangaras multicolores que cantan cada mañana una plegaria al cielo.

Ay amor mío… si supieras cuanto aún te necesito y quiero, en medio de la magnitud estratosférica de mis sueños y la inevitable singular elipsis de mis pensamientos, donde pierdo el control y la voluntad de mi piel y arrebatadores sentimientos.

…los que al despuntar el día luchan para no despabilarse y yo, con seguir eternamente arrullada en tus brazos, sintiendo el latido de tu corazón, tan cercano a tu boca de ensueños… donde suave apoyo mis labios, y al abrir tus ojos, dejo plasmado un beso.

…y también estos versos hechos de penas, traídos del huerto de la luna… donde cada noche dominante de quimeras, voy a soñar nuevamente contigo, para en instantes infinitos de tristeza saborear los recuerdos de nuestro tiempo y antes de volver a la realidad, podar las flores negras de mi rival, la también inmensamente tuya… soledad.

P-Car