Te tengo perspicaz,
en mis ondas de pensamientos,
yendo y
volviendo, por los estatutos de mi mente.
Diestra, en mi estelar
carretera
con incontables
rayas mundanas a mis costados
a prontitudes
que solo conoce el tiempo
te pienso y te quiero.
Con la suavidad y
profundidad
con que el
viento toca las copas de los árboles
con altura de
miras, millonaria de tactos,
te acaricio y te
amo.
En la deseable humedad
de tu oceánica
fuente
temblorosa de
mí, sísmica de yermo,
íntimamente ¡te
adoro y te deseo!
Te imploro (ah,
no sabes cuánto)
en el tibio
silencio que empolla versos,
al instante que corazón
y alma se alinean.
Con eterna fe, eterno
te idolatro
iluminada por el
futurista recuerdo
que mis horizontes
tienen de lo nuestro.
De esto nuestro
que, en estos tiempos,
es inmune a las
fatales tendencias:
Sin invasiones,
sin discusiones,
sin alteraciones
¡no hay término!
En el seno, con igual
paz que vehemencia
un infinita
impronta estamos gestando.
El juicio se
tornó neblina.
La sentencia
habla por los efectos:
Privilegio de amor
para ti.
Privilegio de
amor para mí.
¡Adorémonos
condenados!
P-Car
Es como una vacuna para el alma contra los males de este tiempo que vivimos.
ResponderBorrarUn abrazo.
Tal vez amigo, me agrada que lo veas así. Los tiempos que vivimos están contaminados de conceptos que dan la impresión de ser lo mejor, pero van en contra de nuestra esencia, que está hecha de amor. El hombre y mujer de estos tiempos, creen que lo mejor es la individualidad y la hacen una especie de moda en sus vidas, pero como todo, es solo una moda. El alma es tan antigua y tan infinita como lo es la creación y Dios. Contra eso no hay moda que valga... Besos amigo querido.
BorrarUna declaración involuble al amor, al amor puro que llena, crece y se expande en la fortaleza interior.
ResponderBorrarUn abrazo.
El verdadero amor es así amigo, es poderoso, es tierno, es infinito!!! Gracias por tu presencia y palabras, siempre muy bien recibidas, besos de luz!!!
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