Mírame…
largo y
profundo…
como se mira un
cielo estrellado
durante la noche más
larga del verano.
Pon mi mano en
tu pecho.
Lentamente…
derrite mi alma
con tu brillo
y deja que la
esencia escurra.
Me vaciaré en
ti.
No te brindaré lo
que no poseo.
Si, todo lo que
soy y lo que creo.
En mí no hay objetos
ni tiempo.
Te regalaré mi sentir
honesto
unido con ahínco
infinito
al tallado de mi
verdad.
Si me aceptas…
cree y confía en
mí.
No temas en
amarme
como se ama el alba
y el ocaso
con sus
arreboles esperanzadores
y los puntos
cardinales
queriendo tocar
la eternidad.
Vacíate en mí.
Te gritaré mi plenitud
te deslizaré mis llanuras
te declamaré mis
deseos
te ofrendaré mis
locuras.
Por un amor así…
¡seré aún más de
lo que soy!
piel y morada,
corazón y alma,
caricia y sueño,
sollozo y alegría,
gratitud y poesía.
Así es, ámame y te
amaré
con contemplación
y pasión
hasta un alcance
alucinante.
Y cuando cedan
mis huesos
y mis sentidos
se hagan cósmicos
te querré sin
palabras, sin lujuria
-más que las más
puras del alma-
pero que siempre
y por siempre
seré tu amor y tu
providencia
¡de eso estoy
segura!
P-Car
Preciosas palabras en estos versos.
ResponderBorrarUn abrazo y feliz fin de semana.
Hola amigo, gracias por tu mirada y palabras. Buen domingo Rafael, un beso.
BorrarDa gusto leerlo.
ResponderBorrarEs como un conjuro de amor, una llamada, un encantamiento espontáneo y atrevido con palabras dulces y balsamicas.
Saludos y siempre un placer leerte.
Hola Agapxis, buen día. Es un gusto también leer tu comentario, dulce y alentador. Gracias amigo, que estés muy bien.
Borrar