No te pido que
vengas, no.
Ni que perfiles
mis huesos
remiendes mi
piel con besos
o recubras con
velos albinos
mi cardinal espíritu
en duelo.
Mucho menos pido
promesas
y no es que no confíe
en ellas:
creo en esas nobles
y eternas
que duran lo que
perduran
doce baladas de
luna llena.
Sí te pido, que al
pensarme
lo hagas tal
cual me amaste
y que tu mente nunca
emancipe
la autenticidad
del sentimiento
que me transportó
a adorarte.
Que así te colmes
de estímulos
jamás corrompas
en tu historia
aquello que de
verdad te rebosó
el cuerpo, el
corazón y tus días
de pasión,
esperanza y sonrisas.
Te pido con
probidad
-sin devanar más
palabras-
que con veracidad
y calidad
me recuerdes,
amor de mi alma.
Esta única y
última vez
a corazón abierto
yo te pido
que en tu más íntima
evocación
no me traiciones,
nubles o descartes…
que sin sentir la
luz de tu memoria conmigo
-cristalina, romántica,
pasional, gigante-
al alba, al
ocaso y todas mis sacras noches
tu orgánico, inducido
y absoluto olvido
puede… de verdad
puede…
¡matarme!
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
Derechos
Reservados.
Propiedad
Intelectual.
Imagen: Dimitra Milan.
Hermosa petición y llena de ternura, en estos versos.
ResponderBorrarUn abrazo y feliz fin de semana.
Hola amigo querido, gracias por tus palabras y por estar cercano, siempre.
BorrarUn gran abrazo y disculpa mi demora que estuve de viaje 15 días, medianamente conectada.
Besos.
Que no te olvide!!
ResponderBorrarLos versos son preciosos, se aferran a la intensidad de un amor.
Un abrazo grande mi querida amiga.
Hola Agapxis, gracias amigo, es cierto, el amor tiene una tendencia al apego y al eterno recuerdo, porque después de la distancia, eso es como una daga que duele demasiado.
BorrarUn fuerte abrazo y disculpa mi demora, estuve de viaje por razones de trabajo.
Besos.