Nunca el invierno fue tan vasto
y el frío tan filudo.
Nunca el aguacero tan pesado
y la niebla tan obtusa.
Nunca la noche tan negra
y el alba tan abandonado.
¡Jamás el silencio fue tan insondable
y las mismas frases, tan sin sentido!
Inevitablemente… contigo y sin ti viví:
quiebres, destronadas, ensayos de olvido.
Relevos, reencuentros, escapadas al filo.
Pero confieso que jamás había transitado
una cabal extinción de la esperanza
en la ruta árida de lo imposible.
Con carácter de tragedia
una parte de mí se apaga.
Lo perfecto de mi esencia oscurece
jactancia del vacío, infinitamente.
Es como una dosis de impotente muerte
augurio de la que me arrasará totalmente.
Ya no hay preces.
Ya no hay magia.
Sin esa luz amada en mi alma
¡insistente y dramáticamente!
en mí ya no hay nada…
(nada de nada…)
Y en este ingente erial
nadie ausculta mi dolor.
Aquí, sobre mis huesos,
ni siquiera el viento
dejará una mísera flor.
Soy ignición sin llama.
Soy pena sin llanto.
Soy grito sin eco.
Soy amor puro,
¡muriendo!
.
.
.
P-Car
Es un largo invierno en que el alma se ahoga...
ResponderBorrarUn abrazo.
Hola amigo, cuando se muere la esperanza, muere el sueño y eso es muy triste. No actualmente, pero lo he sentido y es devastador, aunque como otros hechos, se vive un duelo y si tienes paciencia y sabiduría, de esas ruinas emerge una linda ciudad.
BorrarGracias por tu compañía y pensamientos.
Un gran abrazo.
Así me siento yo también a veces últimamente, espero que la primavera pronto te llene de luz.
ResponderBorrarBesos.
Hola Amapola. Si te sientes así es por una causa, tal vez es por una ilusión desvanecida, tal vez por un amor que no se quedó para siempre. Creo que la pena que provoca aquello hay que vivirla sin enfermar y sin quedarnos pegados. De todos estos episodios que la vida nos entrega, renacemos fortalecidos.
BorrarGracias por compartir tus emociones y desearme un pronto florecer, pero estoy bien, es solo que amo la poesía y escribo de todo, y especialmente del amor que se vive en la intimidad del alma.
Un abrazo con cariño.
Gracias por tu compañía.
Leerte en tus últimas entradas ha sido verme en similitudes concretas que pasaron por mi vida y que creía superadas y olvidadas, pero me he dado cuenta al intentar comentarte que se reverberan en mi situaciones y pensamientos que todavía me confunden.
ResponderBorrarEs como una terapia que me demuestra que aún hay cosas que siguen dentro y que con poquito afloran.
Siempre es un placer venir aquí.
Un abrazo.
Hola Agapxis, te extrañaba.
BorrarNo se si lo que me comentas es favorable o no, pero tal vez lo bueno es darse cuenta, que generalmente lo que la mayoría hacemos es cubrir pero no sanar... y la herida supura al primer roce intenso. Creo que es nuestra costumbre creer que el tiempo y la agitada rutina hará todo y lo que veo es que no es así. En mi caso, trato de incorporar la experiencia de una forma más elevada, darle una connotación de aprendizaje y no de fracaso.
Mi poesía se refiere a aquel primer tiempo en que perdemos algo tan bello como es la persona amada y la esperanza, pero obviamente, después viene otra etapa más reposada y meditativa. Si no logramos olvidar a la fuerza lo cual es una utopía, creo que es mejor colocar el recuerdo en un frasco transparente en nuestra memoria. No hay razón para no verlo, repasarlo y evocarlo pero con paz y sin expectativa.
Todo ser que pasó por nuestra vida, tiene su significado en nuestra historia, y si no fue hasta la muerte, será porque debía ser así, ya comenzará otra historia en la cual seguramente aplicaremos toda la sabiduría adquirida.
Y hay que imaginar que nuestra historia también puede ser sin un compañero(a) permanente.
Todo puede ser en este misterioso y siempre sorprendente camino de la vida.
Gracias amigo por tu confianza, tu apertura y tu siempre grata compañía.
Me despido con un gran abrazo.