jueves, julio 08, 2021

Aprendí

 

Aprendí a hablar y estar en silencio a la vez.

Aprendí que el silencio puede ser dolencia

y también, sanación.

Aprendí al silencio enmudecer

después de al silencio debatir.

Aprendí qué silencio elegir,

para en silencio escribir.

Aprendí que -más que yo-

el silencio aprendió de mí.

Ambos hoy nos respetamos,

nos queremos, nos dejamos ser.

 

Y aprendí que, por el bien de quien sea,

hay historias que no se deben silenciar.

Que hay silencios de amor,

que emanan de unos brazos

que te acurrucan y te regalan

rítmicos latidos que te transportan

y silencios repulsivos que gritan:

“te ignoro porque no me importas”

 

Hace tiempo hubo

un tiempo de luto oculto

en que te llevé conmigo cada hora,

sí, imposible no hacerlo:

te habías adherido a mi flora,

a mi verbo, a mi musa,

a mi sangre, a mi aroma.

Entonces abrí un agujero en mi cerebro

y te puse ahí, anestesiado, casi en coma.

 

Entonces supe que el invierno

no es algo que llegue una vez al año

y solo transcurra tras la ventana.

El más crudo invierno es algo

que sucede en cualquier momento

así los parques estén florecidos de rosas.


Que también, una primavera se puede provocar,

aunque de trabajo sembrar y cuidar las semillas.

Y que si al inicio sientes un frescor

puedes abrigarte, mirar un fuego,

y tomar vino mientras tejes sueños.

 

Aprendí a sufrir, sin notarlo ni anotarlo.

A vivir sola, echar flores a mi valentía

y a la soledad, hacerla mi mejor amiga:

Hacerla guapa, hacerla música, hacerla poesía.

 

Aprendí a construir en mi mente

la anchura de un fantástico futuro

donde nunca tú, tuvieses un cupo.

 

A largos ratos, quise no aprender tanto.

Reprobar las materias, herirme, desangrarme

para que debieses rescatarme urgente

de mi miseria, de mi dependencia,

de mi desidia, de mi ignorancia, 

¡De mí, sin tu presencia!

¡De mi muerte!

 

Pero no, amor, no volviste.

 

Tu vanidad buscó reemplazarme

simular que no te enamoraste.

Pero también tuviste que aprender, lo sé

que eso fue un error, peor que la soledad,

un vacío aumentado, un desacierto total.

 

Lloré mil veces las mismas lágrimas

caté el mismo sabor con igual densidad,

el mismo misterio, el mismo anagrama,

los mismos rostros, riendo de mi dolor.

Y luego de secas por gastadas lloré en vano

las de la lluvia que no cesaba

en mi cuarto clausurado.

 

Pero no volviste, no estaba en ti, claro

nunca lo estuvo,

cruzar tus bosques, tus oscuridades,

vencer tus fantasmas, ganar tus batallas,

y llegar a mí triunfador y humilde a la vez:

llano, albino, nonato, dulcificado,

mirándome al fondo de lo que soy

ya curado de tu ceguera espiritual.

 

Pero no, amor, no regresaste, ni sucio ni purificado.

Ni la sinopsis de tu luz o de tu sombra pude divisar.

 

Entonces aprendí -tuve que aprender-

para no dejarme morir -de amor-

Lacia y ajada, poco a poco, gajo a gajo

desalojarme, de ti vaciarme

llenándome de mí, de valor.

Y sin tu amor, no desarmarme a pedazos

cayéndoseme la piel sin tus manos

como hojas secas de un otoño despiadado.

 

Aprendí a lanzar flechas y no siempre dar en el blanco

y no por ello bajar la frente ni menos dejar de practicar.

El juego tiene algo mágico que se siente intensamente

cuando te paras erguida y ¡lanzas!

acertar al centro, es otro cuento.

 

Sé que alguna vez cambiaré de diversión

por la de lanzar besos a unos labios.

Y cada hora siempre daré en el blanco.

Habré obtenido, en el corazón,

un galardón perpetuo.

 

Esta mañana, me vi en el espejo,

me quise, me regalé impulso.

Me enorgullecí de cómo me vi:

Empinada, bizarra, dispuesta a ser olvidada.

U odiada, si con ello se aniquila esta historia

en millones de pedazos indescifrables.

Enfocada en olvidar con la misma totalidad

que debe contener el mar y el cielo del infinito.

 

Sacarte los ojos en mis sueños y olvidar cabalmente

el primer instante mágico en que ellos me miraron.

Aún sabiendo que te irrita te borren

y te enrojeces y rompes y te desarmas.

¡Porque resistí analizarte de lejos, aprendí

que no existe un evento que detestes más!

 

Y porque fui alumna obsesiva, estudiando desvelada

aprendí que siempre debemos preferir la dignidad.

Diciendo que NO al hervor efímero de la pasión

y permitir escurra de tus venas, el sudor del honor.

 

También aprendí, que hay veces

-más bien dicho, SIEMPRE-

que eso que llaman amor propio

debes descubrirlo, desvestirlo, hurgarlo.

Amarlo cada noche, cada madrugada

y hacerle el amor a mediodía también

para que así, el frenesí dure hasta el ocaso.

Dormir bien, encajada,

no precisamente con otro cuerpo,

sino… ¡con tu alma!

 

Aprendí tanto, sin tú haberme querido enseñar.

Claro, si eres ese tipo de humano inhumano

que no pierde tiempo con nadie que no seas tú.

Tus afanes son antiguos, tus hastíos, veteranos.

Tu tiempo estaba tieso, antes de llegar a mi reloj.

Mi auténtica maestra fui nada más que yo.

 

Ah, me falta la guinda del postre.

Decirte que no solo aprendí

sino que me titulé con honores

y al subir a una nube vaporosa llamada goce

la luna, me regaló un sol.

.

.

.

P-Car


 

Paty Carvajal-Chile

Derechos Reservados

Propiedad Intelectual

Imagen: de Internet


20 comentarios:

  1. Mirar atrás y arrancarle al silencio sus secretos es "aprender a vivir" y, quizás, volver a vivir y amar, como relata tu protagonista en estos versos que nos dejas. Un gran poema. Felicidades.
    Un abrazo en la tarde.

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    1. Hola amigo, te extrañaba, me alegro que estés de vuelta, sin nunca haberte ido, ya que eres parte de mi espacio poético.

      Gracias, como siempre me regalas mucha sabiduría, me alegro que te haya gustado.

      Besos para ti.

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  2. Qué preciosidad de poema, Paty!!!! Cuanta verdad!!!! Cuanta profundidad!!!! Te felicito. Besos.

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    1. Hola Republicano. Mil gracias por el regalo de tu mirada y compañía, dándome impulso y pulso por tu generosa opinión.

      Un abrazo gigante.

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  3. El último verso es la guinda del poema.
    Que la luna cada día te regala mágicos soles.

    Besos.

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    1. Hola Toro, gracias por venir amigo. Es cierto es un final dulce, luminoso y muy pleno.

      Un abrazote para ti.

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  4. Ahora el que calla soy yo, el que aprende en silencio soy yo y el que se deshoja de admiración soy yo.

    Chapó!!

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    1. Hola Agaxis, millones de gracias amigo, me emociona ver tu impresión. Me llena de energía, de luz, de cariño.

      Que tus días estén llenos de verdadero amor al lado de mucha poesía!

      Abrazo que se sienta.

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  5. Profundo y bello poema. Me quedo en silencio reflexionándolo. Un placer leerte. Saludos.

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    1. Hola Sandra, gracias por venir. Me alegro que mis letras sean fuente de reflexión, en ellas hay mucho de visión y experiencia personal, que por lo demás, creo que es bastante universal.

      Un abrazo para ti.

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  6. Bonito regalo de la luna.
    Merecido poema.

    Besos.

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    1. Hola Amapola, gracias por apreciar así mis letras.

      Que tengas buena semana. Un beso.

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  7. Hola Paty..tu poema me sugirió dos poemas en uno
    Por un lado el tema de los “silencios” que pueden tener todas las connotaciones. Desde el saber hacer silencio a tiempo, el silencio desde la meditación y la introspección, el silencio cobarde, que no denuncia, que asume el miedo y lo elige en todas las circunstancias y el aprendizaje de esos silencios… que no es tarea fácil.
    Y por otro lado un poema de amor/ausente, de angustia, tristeza y todo lo que conlleva una ruptura cuando una de las partes se queda con ese sentimiento, con preguntas que no tienen respuesta…y una descripción detallada de las etapas transicionales del dolor hasta llegar a la aceptación y a la necesidad de reivindicarse, renacer y resurgir que sintetizas en esa magnifica frase final, como decimos por aquí..”la frutilla del postre”…Hermosooooooo
    Te dejo un abrazo grande lleno de luz y bonita semana!!!!

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    1. Hola Eli. Gracias multiplicadas por imbuirte así en cada verso amiga. Es cierto lo que dices, podría haber hecho dos poesías, ambos son temas enormes y que nos afectan o nos afectado a todos, en mayor o menor grado.

      Te mando mi cariño y agradecimiento con un gran abrazo.

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  8. wuuauu Paty hermoso y profundo con una maestría cada verso, volverás amar y a vivir de nuevo, me precioso, un beso grande desde mi brillo del mar

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    1. Hola Bea, gracias amiga. Me encanta que aprecies de forma generosa y amorosa mi poesía.

      Te mando un abrazo gigante vía estrellas.

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  9. love to read your poem.

    have a wonderful day

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    1. Thank you very much for your visit and comment.

      Embrace!

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  10. Sí que puede haber muchos silencios de amor.
    Ssludos

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    1. Efectivamente, creo que en el amor hay muchos más silencios que palabras y eso es bonito cuando las acciones son amorosas y llenas de preocupación por el bienestar del otro. A veces una mirada nos dice mucho más que muchas frases impulsivas.

      Gracias Alas de Mariposa. Besos.

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