Y yo, que
creí haber querido
¡haberlo adorado!
Oh, extinto
pensamiento:
estéril vereda
sin bruma,
sin espuma, sin
cuna…
¡Sin inmensidad!
Yo, que anhelante
sujeté su mano
sinopsis de un
azuloso relámpago
que promovió
mi sudor y mi canto.
Que le
conduje a mis praderas
a sembrar sus
guapas semillas
enervando las
corolas de la tierra.
Yo, que sin escudriñar
lo suyo
le sometí a
mi prosa, a mi llanto,
a mi sordidez…
¡a mi espanto!
Yo, la despierta,
la insomne, la hacedora,
obrera, en los
valles y macizos del arrojo.
Estrella resbalada
del cielo,
incendiada en
sus ojos…
Flor de un retoño,
sí, yo…
¡calcinada de
pronto!
por error y abandono.
En este, ajeno
y propio
peliagudo bosque,
llamado vida
ya sin astros,
ya sin brisa,
ya sin agua, ya
sin luna.
Sin sus cultos
ojos
que todo lo
vivifican
que todo lo
enternecen
que todo lo iluminan
que todo lo
fortalecen.
Yo… ¡yo no
sabía nada!
ciertamente
de él… ¡nada!
Ni de su tedio,
ni de su pena,
ni de su
empeño, ni de sus guerras.
Nada… ¡de las
cruzadas
y conquistas
de su alma!
Sin su vuelo
de ilustrada águila
sobre marchitos
de desmayados
incontables
albas y ocasos,
todo lo que hoy
sé,
todo lo que hoy
soy,
lo he debido
entender, incubar,
sin su vena,
sin su venia,
sin su calor,
sin su amor.
Presa, entre límpidos
cristales
-barrotes de
hielo y de fuego-
he frisado mis
huesos, he estriado mi nicho,
he vaciado mi
sangre, he olido mi desenlace.
¡He llorado!
¡He sufrido!
Oh, nubes corpulentas
que chorrean
lágrimas pardas,
de arena, de tierra
sobre los capullos,
sobre las piedras.
Oh, viento denso,
rumor de llantos,
que arrastras
por avenidas vacías
la congoja y el
duelo de tantos.
Oh muerte,
que me miras recto
atravesando mis
pupilas
de espeluznante
miedo.
Véanme aquí -adviérteme
vida-
con mi novela,
con mi perfidia,
respirando oculto,
cada segundo
agradecida,
sí, es verdad,
de aún estar.
Más… así…
¡en la más pedante
soledad!
Rosado instante,
de mi ralo corazón,
así y aquí, literalmente
partida en dos
por el agudo filo
de la indignidad
quiero
aseverar, desplegar:
de su hidalguía
que venero,
a sus cálidas
yemas, tan mías…
Enterrados ya,
el ego y orgullo,
ante mi Dios,
mi tedio y el mundo,
en este anémico
atardecer del sentenciado anuario
con tajante
certeza, así duela, juro…
-consciente y
espiritual, cabal-
que, más que
nunca, con mi alma,
así no me abrace
nunca más
de verdad yo…
le amo.
.
.
.
P-Car
Derechos Reservados
Propiedad Intelectual
Imagen: Adam Martinakis
Versos para un relato de amor...
ResponderBorrarUn abrazo.
Hola amigo, buen día, gracias por tu lectura. Hay relatos y relatos de amor.
BorrarUn fuerte abrazo.
Un amor desesperado se vistió con el más hermoso poema que he leído en tiempo.
ResponderBorrarTe felicito.
Besos.
Hola Toro, gracias amigo, me encanta saber que ha sido de tu agrado a ese punto.
BorrarGracias por tu compañía y el enorme incentivo, lo atesoro. Un abrazo.
Brutal Paty! Que dominio del lenguaje, del ritmo, de los sentimientos...Un poema increíble. Enhorabuena!!!!! Besos.
ResponderBorrarHola Republicano, mil gracias amigo, celebro que lo leas y que te agrade así.
BorrarUn abrazo.
Un canto en desesperados versos de amor. Saludos amiga.
ResponderBorrarHola Sandra, buenos días. Hay desesperaciones que se manifiestan con calma, en reflexión, en encierro... y finalmente se transforman y te transforman.
BorrarGracias por venir. Un beso.
Lo cruento del amor pero también lo gozoso e inolvidable... Es como una oda de nostalgias en soledad declamadas con depurado poético lenguaje.
ResponderBorrarAbrazo sin sombrero, amiga.
Hola Carlos. Gracias por venir.
BorrarEs interesante recibir distintas miradas sobre una misma poesía. Me gusta que la poesía sea así, multidireccional, multifacética, expansiva, refractaria... y de todos!
Un abrazo amigo.
Paty! O meu aplauso.
ResponderBorrarAcabo de ler um texto poético delicioso,
talhado com o fogo
tal como as plantas que florescem
com o calor do sol.
Mas há palavras como rios
que desaguam na nascente!
Pássaros que voam docilmente
sob o perfil das silabas!
Eu, limito-me a guardar um suspiro
do escultor de tão deliciosas palavras...
Te dejo mi cariño y mi abrazo!
Hola Albino, gracias infinitas amigo. Tu comentario es un regalo, para mi camino, para mi corazón. Es tan bello escribir y sentir que uno, humildemente, puede afectar, conmover, hacer reflexionar. Todo cobra mayor sentido si es así.
BorrarUn tremendo abrazo. Que pases lindos momentos.
Hay que sentir de una forma inmensa el amor, tenerlo tan macerado en el alma y dejar que el sentimiento estalle de belleza y creatividad, para poder escribir unos versos así.
ResponderBorrarSiempre lo digo la poesía aquí es muy elevada y por eso llevo tanto tiempo leyendo tu poesía y quizás el olvido me abrace en este momento y no recuerde todo, pero hoy te he leído creo que los mejores versos que has escrito.
Ya sé que los poetas los queremos a, todos por igual, pero permite me como lector que yo hasta nueva sorpresa me quede con estos enormes_bellos versos.
Un abrazo.
Hola Agapxis, realmente es maravilloso despertar, sentarme a tomar mi café, abrir el computador y encontrar tu precioso mensaje. Gracias por este desayuno tan nutritivo para el alma. Me emociona leer cada línea de tu comentario.
BorrarGracias, gracias, gracias... amigo!!!! Un largo abrazo.
Awesome post
ResponderBorrarGracias por tu buena impresión, que estés muy bien.
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