Veo los
lugares que jamás fuimos
sin poder
acceder a su remanso.
Y los futuros
ocasos que uno a uno
naufragan
en la
tormenta de mis ojos.
Me apresa un
nuevo frío:
hilos, ungüentos,
linos...
recorriendo
mis cimas y honduras.
Como si las
manos del tiempo
me estuviesen
momificando.
Sé que solo
yo puedo hacer algo
pero así,
triste y derrotada…
estoy demasiado
agotada
para poderme salvar.
El viento captura
tu ausencia
y alucino que
te trae a mí.
Al cielo
rezo, tu abrazo
para entre
tus brazos
inhalar, de
nuevo.
Pero no, amor
desfallezco
al borde del
océano
que nunca
nadamos.
.
.
.
P-Car
Paty Carvajal-Chile
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Imagen: de Internet
De mi
reciente -y muy sensible- antología de poemas:
“El poder de
escuchar nuestro corazón”