Este
atardecer, a la soledad le han crecido
manos frías y
huesudas. Manos muertas,
que van
tramando de negro el crepúsculo.
¿Será el
destino y sus turbadores juegos?
Quién sabe…
solo sé que en esta tarde
rechinan las
puertas, aúllan los perros,
la calle está
vacía y los pétalos caen…
pálidos, con
el hálito gris del silencio
que huyó por
mi ventana, despavorido,
en el
instante
que mi
invocación
quiso besar tu
olvido.
.
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P-Car
Paty Carvajal-Chile
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