Escucho un cabalgar al nacer
del alba
en fiesta de violines
mi piel danza
al compás de melodías de
un deseo
que aguarda entre almohadas
y velos.
¿Serán presentimientos
certeros?
quizás maqueta de ese azul
sueño
que navegando al cielo
en velero
llega a nubes del mar de
febrero.
Y llega cargando féminas
ilusiones
sobre un gigante unicornio
alado
a invadir el pudor de
esta alcoba
con ese misterio que me
cautiva toda
de no saber su origen
ni su nombre.
Su aroma de bosques de incienso
se impregna en mis sábanas
claras
rasga sin pena mi
vestido de amapolas
posando sus manos en
mis lomas
y también su ansiosa
boca que no habla.
Sus dedos ásperos
juegan en las cimas
con sus labios
saboreando mi cascada.
Sin tregua, entra y
sale muy lento…
con su sabiduría de
audaz pirata
que en laberinto de
jugosa seda
procura la perla sobre
mi llama
y desquiciar mi cordura
de dama.
Mágico instante de caricias
locas…
y loca le aprieto al
cráter de mi lava,
en el oleaje ya rápido
de su cuerpo
y en mi feroz cabalgata
de amazona.
Trizamos el cristalino
silencio del alba
en erupción de miel y sabia
acaudalada.
En cada vuelo me robo
una estrella…
en el último ascenso él
me acompaña
y es tan real e intenso
el éxtasis
que todo mi sueño
parece tan cierto.
Y despierto!
balbuceando un te quiero
en cama húmeda de rocío
y lágrimas,
con luz del sol que entre
cortinas viejas
intruso trepa con sus hiedras
doradas.
Amanece en esta alcoba encantada
de añoranzas y figuras
dibujadas
mis doce duendes ya me
levantan
al trote del reloj que
nunca se calla.
Emborrachada por tan venenoso
delirio
le espero absorta en
diminuta ventana
aunque demore un siglo
o quizás mañana
sé volveré a
contemplarlo en mi cama.
Orillando el arcoíris
de mis sueños
partió a cuidar el
cielo de invierno…
sin pena volteó su
sonrisa a mi mirada
y se alejó de mí, entre
coros celestiales
acompañado de su corcel
y de mi alma.
P-Car
P-Car
Escrito 09.01.11
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