Reiteradas veces
abrí tus ojos de fronteras
y tus párpados esclavos
de esas noches largas,
donde el tiempo apremia
y las horas callan
bajo péndulos silentes
que me cortan
Y justo al filo de tu nombre
…la noche grita…
y el ímpetu desierto de tu boca,
se aferra a mi garganta
que escupe mil palabras...
entre un verso que callaba
y la hora más macabra
de tu ausencia!
Repetidas veces
me miré al espejo que roto…
reflejó mi sombra y mi silueta,
mi rostro y mi cansancio
apretados en mis ojos,
que destilan un dolor que quema
y se escurre en mis mejillas
como alondras,
después de llorar inviernos
y secarse aquellas alas
con mi llanto!
Me escondí en el cobertizo de tus ojos
y en tu boca de abismal silencio...
y conté los pasos de la noche,
que avanzando - me encontraron -
como inerte en el ocaso de tu alma
...aferrada a tu recuerdo!
Y me dolió mi pecho…acalorado
como antorcha que encendida,
calcinó apurado
el suave palpitar que gime,
pues cautivo el corazón herido
...hoy se desangra
Descolgué mi aurora de tu cielo
y la corté a pedazos…
intentando germinar en los otoños
que tristes y dorados…
reposaron en tus pastos amarillos
con ese aroma a ocre y a agonías
Y a solas conversé de nuevo
…con la luna…
que en loca magnitud
preñó a mi alma...
con una bocanada de nostalgias
Y a pesar de todo este dolor
te escurriste como lluvia en la cornisa…
y asomaste despiadado en la tormenta,
azotando con el viento mi añoranza
...susurro clandestino que no acaba
Y es que te quise tanto
que olvidé cómo olvidarte, vida!
y arranqué sin pestañar tu ocaso
y mis ojos quedaron tan ansiosos,
esas tardes que desnudas…
me hablaban de tu sombra inicua
colgada una vez más en mi ventana!
Eileen
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