¿Y dónde quedó el amor?

Y luego de sentir como la tarde amaina en mi cuerpo, infiltrándose en cada rincón el frío que cala los huesos cuando termina la lluvia… mientras el viento hace de las suyas, con las hojas de los árboles que, ocres de indiferencia, caen muertas y se pegan a mi piel, enfermándola más aún de aquella tristeza que hace gemir mis sentidos en un lamento sin fin… yo me pregunto… ¿y donde quedó el amor?...

Y entonces, al galope de un silencio abrumador… llega la noche, con sus insólitos matices increíblemente negros, invadiendo todo rincón de lo que veo y sumergiendo mis pensamientos en una mazmorra de misterios, que debilitan hasta hacer flaquear los cimientos de mis sueños… y entonces vuelvo a preguntarme una y otra vez… ¿y dónde quedó el amor?  

Sin respuestas e impregnada de un pegajoso óxido que ha teñido lentamente mis anhelos, con un inusual tenebroso miedo me digo… el amor está gimiendo, en el purgatorio del alma, sufriendo un total abandono, sin culpas que ameriten perdones y atemorizado de tanta incertidumbre… sin saber que hacer ni cual será su próximo destino, o si quedará por siempre atado a la injusta y dolorosa condena de un imperativo olvido.

P-Car